TOKIO.- La falta de incentivos de compra en los mercados de valores propiciará pocos cambios en el índice Nikkei la próxima semana, mientras que el dólar se verá frenado por la incertidumbre sobre el crecimiento de la economía estadounidense, según los analistas.
El indicador de la bolsa de Tokio continuó la semana que termina en la banda situada entre los 13.000 y 14.000 yenes, y cerró en 13.696,06, lo que supuso una pérdida del 2,0 por ciento con respecto al viernes anterior. La racha bajista del Nikkei, que desde enero del año pasado ha perdido una tercera parte de su precio, preocupa cada vez más a los inversores debido a la proximidad del año fiscal nipón, el 31 de marzo.
De terminar el ejercicio en los niveles actuales, el Nikkei provocará fuertes pérdidas en amplios sectores y en especial en la banca, propietaria de altos volúmenes de las llamadas acciones preferenciales que registrarán fuertes descensos de beneficios.
Los bancos japoneses, beneficiarios de fuertes auxilios con fondos públicos desde 1998 para aliviar su fuerte carga de deudas incobrables, prometieron reorganizar sus operaciones y se encuentran bajo fuerte presión para mostrar mejoras en sus resultados.
Mas aún, la banca deberá someterse a normativas como la de duplicar el coeficiente de recursos propios e inversión al 8 por ciento, según lo establecido por el Banco de Pagos Internacionales de Basilea (BIS).
La grave situación de la banca se hace evidente en entidades como el Banco Tokyo-Mitsubishi que sufre descensos por anticiparse a cumplir con regulaciones de contabilidad que modificarán desde abril la forma de valorar las acciones.
Según fuentes del sector, el descenso del Nikkei y la nueva normativa de contabilidad provocará en el banco Tokyo-Mitsubishi la disminución del 60 por ciento en los beneficios disponibles para pagar dividendos. La firma de valores Jardine Fleming Securities afirmó esta semana que si el Nikkei termina el año fiscal en la banda de los 13.000 yenes, cuatro de los principales bancos locales deberán reducir sus dividendos y algunos incluso no podrán pagarlos.
El panorama sombrío de la banca se agrava con la liquidación de deudas de este año fiscal que en 16 entidades se calcula en unos 3 billones de yenes (25.000 millones de dólares), el equivalente a los beneficios de sus operaciones principales.
El gubernamental Partido Liberal Democrático ha propuesto frenar el descenso del Nikkei flexibilizando el régimen de autocartera (acciones de una empresa en manos de la propia compañía). La posibilidad de la recompra por una empresa de sus propias acciones será discutida esta semana por un comité del PLD y se espera que se discuta en el Parlamento cuando inicie sus sesiones el 31 de enero.
Los expertos, sin embargo, anotan que la preocupación oficial por la bolsa es una estrategia electoral para las elecciones parciales al Senado previstas para julio. La bolsa carecerá de incentivos, aseguran los analistas y coinciden que la fluctuación durante las cinco próximas jornadas será en la banda de los 13.300 y 14.100 yenes.
El dólar continuará contagiado por el pesimismo desatado por las declaraciones del presidente de la Reserva Federal de EEUU, Alan Greenspan, referentes a que la economía estadounidense ha dejado de crecer y que una rebaja de impuestos está a la orden del día.
En opinión de muchos analistas el billete verde se enfrenta a retrocesos que serían preocupantes si no fuera porque las expectativas respecto a la economía japonesa "son peores". Para la semana próxima el consenso de los analistas sitúa al dólar entre los 117 y los 119 yenes, una fluctuación similar a la que mantuvo en la semana pasada.