WASHINGTON.- El Presidente George W. Bush envía hoy al Congreso su plan para reducir los impuestos en US$1,6 trillones en 10 años y advierte a demócratas y republicanos que es la "cuantía adecuada", por lo que no admitirá cambios.
El Presidente describirá oficialmente esta mañana en el jardín de la Casa Blanca los parámetros de su plan, acompañado de un numeroso grupo de empresarios hispanos y representantes cívicos. El plan abarca las promesas que hizo durante su campaña presidencial, incluyendo la reducción de las escalas impositivas de los ingresos personales, eliminación del impuesto de sucesión patrimonial y aumentar el margen de deducciones en las donaciones con fines de caridad.
El presidente desea que los legisladores utilicen el plan a fin de reformar el código fiscal y envió hoy al Capitolio al secretario del Tesoro Paul O'Neill para informar a los legisladores republicanos. "Ha comenzado la liberación del contribuyente norteamericano", dijo ayer el líder disciplinario de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Tom DeLay.
Bush dedicó su tercera semana como presidente a dialogar con los legisladores demócratas para que respalden su plan. Sin embargo, la oposición considera que la medida favorece demasiado a los norteamericanos de mayores ingresos, pese a que son los que más impuestos pagan.
Bush ha insistido que "es de justicia que aquel que paga impuestos se beneficie, y es por ello que vamos a reducir todas las escalas contributivas". En un reflejo del impulso que ha recibido la propuesta de Bush, los demócratas que el año pasado respaldaban una reducción impositiva de unos 300.000 millones de dólares por un plazo de 10 años ahora opinan que se justifica un recorte tres veces mayor. Los demócratas planean presentar su propia propuesta en breve.
