LA HABANA.- Cuba no tiene inconvenientes en la llegada a la isla de una empresa naviera de Estados Unidos que será la primera en 40 años en recibir permiso de Washington para establecer relaciones comerciales con La Habana.
Sin embargo, afirmó anoche un alto funcionario del gobierno comunista, Cuba no comprará "ni una aspirina" estadounidense mientras siga vigente el embargo impuesto por Washington a la isla hace casi cuatro décadas.
"Si quieren venir con un barco, que vengan. Nosotros no tenemos ningún inconveniente en eso", dijo el vicepresidente Carlos Lage, principal planificador económico del gobierno. "Si un barco quiere venir... nosotros no se lo vamos a prohibir, pero no sé qué mercancía puede traer porque nosotros no hemos hecho ninguna operación comercial con los Estados Unidos", insistió.
La semana pasada se reportó que la empresa Crowley Liner Services, filial de Crowley Maritime Corp., de Oakland, California, recibió autorización del Departamento del Tesoro de Estados Unidos para comerciar con Cuba.
Crowley no venderá ningún producto, sino que la compañía solo usaría su flota de unos 11 barcos para traer mercancía a la isla.
Según el Consejo de Comercio y Economía de Estados Unidos y Cuba, un grupo no gubernamental con sede en Nueva York, la naviera tendría hasta unos 60 clientes en lista de espera para hacer llegar sus productos a La Habana. Crowley, sin embargo, ha declinado dar detalles de la operación citando razones de competencia.
Lage, visto como el artífice de una serie de modestas reformas económicas aplicadas en Cuba en la década pasada, aseguró conocer del permiso a la naviera norteamericana sólo a través de un despacho noticioso.
Agregó que bajo el embargo y sus "condiciones humillantes para el país, nosotros no vamos a comprar ni una aspirina a los Estados Unidos".
"Si un día se levanta el bloqueo sí vamos a comprar, no sólo aspirina, sino muchas otras mercancías", remarcó.
"El precio del bloqueo es incalculablemente alto para la economía cubana y ese precio desaparecería (en caso de eliminarse el embargo)", dijo Lage.
Sin esas restricciones, indicó, "imagínate dos millones de turistas (estadounidenses), por decir algo, imagínate que no haya que traer mercancías o un gran número de mercancías de Europa o Asia, sino que se puedan traer de Estados Unidos... imagínate que los barcos de Estados Unidos puedan venir a Cuba".
"Si en esas condiciones (con el embargo) la economía cubana puede avanzar, cuánto no avanzaría sino existieran esos condicionamientos", dijo. "Yo no tengo duda que indiscutiblemente el proceso de recuperación, de desarrollo, de crecimiento será mucho más acelerado" en Cuba al eliminarse el embargo.
Voceros del gobierno del nuevo presidente George W. Bush han dicho que es poco probable que Washington apoye una flexibilización del embargo.
Lage aseguró que aunque en Cuba "las mayores dificultades... quedaron atrás", el país sigue "en una situación económica muy difícil".
Con un promedio de crecimiento anual de 4,7% desde 1995 hasta ahora, Cuba parece haber salido del abismo financiero en el que cayó con el colapso en la década pasada de la Unión Soviética, que era su principal socio comercial.
Pero, dijo Lage, deben superarse aún escollos en terrenos como un agudo déficit habitacional, el sistema de transporte, y el abastecimiento de ciertos alimentos, cuya producción depende en gran medida de productos importados, entre otros.