SANTIAGO.- En medio de estrictas medidas de seguridad luego de tres días de protestas callejeras y en un ambiente de preocupación por el futuro de la economía regional, comienza el lunes la asamblea anual del Banco Interamericano del Desarrollo.
La situación argentina ocupa un punto central en la atención de los cientos de funcionarios gubernamentales y de organismos internacionales, llegados para la 42da reunión anual de gobernadores del principal organismo financiero de la región.
El informe que el Banco presentará a la asamblea indica que tras un buen año 2000 para las economías de América Latina, el cuadro para este año se ve ensombrecido por la desaceleración de la economía en Estados Unidos y la volatilidad de los mercados de ese país, especialmente de las acciones tecnológicas.
"La preocupación principal de las autoridades económicas regionales es la inestabilidad del ambiente económico internacional", dice el informe del BID.
Otra preocupación, en especial de los organizadores chilenos, es la seguridad, luego de tres días de protestas callejeras contra el banco y la asamblea organizadas por grupos izquierdistas y antiglobalización. Se anuncian nuevas protestas para las próximas horas.
La policía ha reprimido con energía, deteniendo a más de 100 personas e impidiendo a los manifestantes siquiera acercarse a la antigua estación ferroviaria convertida en centro de convenciones donde se han desarrollado numerosos seminarios previos a la asamblea.
La reunión será inaugurada por el presidente Ricardo Lagos y el titular del BID, el economista uruguayo Enrique Iglesias.
Según el informe del Banco, la economía latinoamericana registrará este año un crecimiento global del 3,5 por ciento, comparado con 4 por ciento en 2002. La inflación, que registro una moderada tasa global regional del 5,2 por ciento el año pasado, sigue bajo control.
Por ello, las principales sombras que se ciernen sobre las economías regionales son de los efectos que puedan tener sobre ellas situaciones externas, especialmente la declinación de la economía de Estados Unidos.
"Una desaceleración aguda y prolongada de la economía de Estados Unidos podría tener un grave impacto en el desempeño económico de toda la región", según el BID.
El BID afirma que está centrando su masiva capacidad de financiamiento en la lucha contra la pobreza, que aún afecta a entre 180 millones y 200 millones de latinoamericanos.