BUENOS AIRES.- El Senado argentino convirtió en ley esta madrugada la concesión de poderes especiales limitados al ministro de Economía, Domingo Cavallo, para aplicar medidas contra la recesión de los últimos 33 meses.
Con la aprobación de la segunda parte de la Ley de Competitividad en la cámara alta (Diputados le había dado sanción la noche del martes), Cavallo obtuvo la herramienta que venía reclamando desde su asunción hace 9 días para "pulverizar la evasión y el contrabando en un año".
La nueva ley delega en forma acotada atribuciones especiales al Ejecutivo para reformar el Estado y desregular y modificar esquemas impositivos.
Empero, los congresistas establecieron limitaciones a los poderes
extraordinarios, entre los cuales figura la imposibilidad de reducir salarios de activos y pasivos y de producir despidos en la administración pública.
El gobierno tampoco podrá utilizar las atribuciones especiales para privatizar empresas públicas, universidades, entidades financieras oficiales y la Administración Federal de Ingresos Públicos (ente recaudador).
La primera parte de la Ley de Competitividad, aprobada la semana pasada por ambas cámaras y promulgada el sábado por el presidente Fernando de la Rúa, establece un Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF) cuyo índice fue fijado el miércoles por el gobierno en 0,25%.
Se estima que ese gravamen le reportaría al fisco una recaudación de al menos US$ 4.000 millones anuales.
La sesión de la Cámara de Diputados se había extendido durante 31 horas tras interminables discusiones inciso por inciso de los artículos de la normativa.
La del Senado, que duró una sola jornada, se prolongó a lo largo de más de 12 horas, marcadas por extensos discursos de los 45 legisladores que tomaron la palabra.
No hubo cruces verbales ni debates, ya que antes de empezar la sesión las bancadas mayoritarias habían acordado aprobar sin modificaciones la norma reclamada por el ministro Cavallo.
Según el canal de cable TN, no fueron pocos los legisladores (especialmente de sexo masculino) que abandonaron provisoriamente la vital sesión para observar por televisión la goleada de Argentina 5-0 frente a Venezuela la noche del miércoles, por las eliminatorias al Mundial Japón-Corea del Sur 2002.
Por un instante, las senadoras fueron mayoría en un recinto casi vacío, pese a lo cual no se interrumpió la sesión.