BUENOS AIRES.- Una reacción que mezcló el pesimismo y la resignación se verificó el lunes en sectores empresarios, economistas y políticos ante el duro incremento de la presión tributaria y el viraje ortodoxo dado por el ministro de Economía, Domingo Cavallo.
Ni siquiera los analistas neoliberales apoyaron en forma integral el programa anunciado el viernes pasado y hasta los mercados reflejaban repercusiones negativas, con pérdida del 1% para el índice líder Merval en la apertura electrónica de la Bolsa.
Expertos tributarios como Raúl Cuello, banqueros como Emilio Cárdenas, líderes industriales y mercantiles como Julio Massara, Julio Cornide, Raúl Lammachia, César Tortorella, y un economista jefe de la liberal Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), Abel Viglione, plantearon dudas y discrepancias, pese a reconocer la necesidad de poner en orden las cuentas públicas.
Cavallo puso en marcha el viernes un programa de generalización del Impuesto al Valor Agregado (IVA, consumo) y un aumento en la alícuota del tributo a las transacciones financieras, entre otras medidas fiscales, en su afán por cerrar un acuerdo de renegociación de metas con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Durante su estadía en Washington el fin de semana, el ministro logró resucitar el apoyo crediticio del FMI y el Banco Mundial, al destrabar desembolsos por 2.700 millones de dólares, pactados en el megapréstamo de noviembre del año pasado, e intentará esta semana rehabilitar las suspendidas licitaciones de Letras del Tesoro (Letes) en la plaza local.
Cavallo asumió el 21 de marzo con un discurso distinto al de su gestión anterior como titular de la cartera (1991-1996), al proclamar el comienzo de una era de reactivación y el fin de los ajustes.