SANTIAGO.- El economista de la Universidad Finis Terrae, Patricio Rojas,
redujo hoy su proyección de crecimiento para la economía chilena desde un 3,8-4,0% a un 3,7% para este año, cifra que podría descender a un 3,5% si la situación internacional se torna más desfavorable.
"La expansión económica (de Chile) del 2001 está condicionada al escenario
externo. Si éste empeora y se produce una mayor caída de nuestros términos de
intercambio, por ejemplo con un cobre situándose por debajo de los US$ 0,70 la libra, el PIB chileno sería de 3,5%", dijo Rojas.
Indicó que la crisis política y económica que afecta a Argentina y la energética, a Brasil, no repercutirán en el crecimiento de la actividad durante el 2002, ya que para esa fecha será determinante la reactivación de Estados Unidos, Europa y Japón.
"La recuperación de la economía mundial tendrá un efecto muy importante para Chile en el sentido de que mejorará el precio de los commodities e incrementará la demanda por nuestros productos", comentó.
Por su parte, el investigador de la entidad, Gonzalo Sanhueza, destacó que los
mercados están demandando un ajuste fiscal en Argentina, que garantice la solvencia de las cuentas públicas, o bien, que retome el crecimiento económico para que a través de mayores ingresos se incremente la solvencia fiscal.
"El nuevo equipo económico argentino ha privilegiado un conjunto de políticas
menos ortodoxas para echar a andar la economía. Estas medidas se caracterizan por aumentar la tributación, generar incentivos tributarios para desarrollar ciertos sectores, introducir aranceles diferenciados y aplicar un régimen cambiario dual", comentó Sanhueza.
Sobre esta última, el profesional precisó que dejó en evidencia que Argentina no puede seguir funcionando con un tipo de cambio fijo.
"Administrar un sistema de tipo de cambio dual en un mundo globalizado es
extremadamente difícil, puesto que los incentivos a disfrazar entradas de capital como retornos de exportación o pago de importaciones como amortizaciones es demasiado alto. Esto, unido al poco compromiso que ha mostrado el nuevo equipo económico con este régimen cambiario, aumenta las expectativas de una devaluación e impide que las tasas de interés bajen", expresó.
Agregó que la probabilidad de que Argentina tenga que liberar completamente su
moneda ha aumentado significativamente.
"Si bien es cierto que una devaluación en ese país sería altamente costosa, ya que el sector real y el Gobierno están mayoritariamente endeudados en dólares, es poco probable que se pueda evitar... Si Argentina no crece y as tasas de interés no bajan, la liberación del tipo de cambio es inminente", manifestó.