BUENOS AIRES.- El gobierno argentino se mostró el jueves optimista en que obtendrá ayuda financiera del FMI y otros organismos crediticios para apuntalar las reservas del Banco Central, que cayeron en las últimas semanas por el temor de inversores y ahorristas a una devaluación.
"Con eso estamos contando. Por supuesto hay que hacer las gestiones", explicó a una radio el viceministro de Economía, Daniel Marx, interrogado sobre las posibilidades de conseguir nuevo financiamiento del FMI.
"Ahora queremos retomar los contactos con vistas a terminar estas gestiones y poder concluir con una serie de anuncios que se refieran a los desembolsos a venir de organismos internacionales", agregó.
Marx, junto con otros funcionarios del Ministerio de Economía y del Banco Central, partirán en la noche del jueves a Washington con el fin de mantener conversaciones con representantes del FMI y otras entidades de crédito para conseguir ayuda financiera para el país.
Según recientes declaraciones del secretario de Hacienda, Jorge Baldrich, Argentina negocia con el FMI créditos por entre 6.000 y 9.000 millones de dólares, que se sumarían a desembolsos por 14.000 millones que el gobierno acordó con el organismo en diciembre pasado.
El ministro de Economía, Domingo Cavallo, se negó a dar cifras en una conferencia de prensa en la noche del miércoles pero aclaró que los fondos no se utilizarán para cubrir los gastos corrientes del deficitario Estado argentino, sino como reaseguro para evitar problemas de liquidez.
"Lo que queremos conseguir es una suerte de reaseguro para evitar cualquier defecto de iliquidez que pudiera sobrevenir en el futuro, pero eso no requiere un financiamiento convencional tampoco tiene necesariamente que medirse en determinadas cifras de dinero", explicó el titular del Palacio de Hacienda.
Las reservas internacionales del Banco Central cayeron 6,91 por ciento entre fin de julio y el 6 de agosto, a 20.306 millones de dólares.
Según analistas, la reducción se debió a que ahorristas pasaron sus tenencias de pesos a dólares, temerosos de que la crisis económica en Argentina obligue tarde o temprano al gobierno a abandonar el tipo de cambio fijo para permitir una devaluación del peso.
"La asistencia (si la conseguimos) refuerza la relación de reservas que tenemos y, por lo tanto, pensamos que nos da mucha menos vulnerabilidad y nos da menos exposición (...) en los mercados de crédito", explicó Marx.
El gobierno no accede desde hace meses a los mercados internacionales de capitales, debido a que los inversores se niegan a prestarle.
Marx no explicó cuándo puede haber anuncios sobre nuevo financiamiento para Argentina, pero descartó que pudieran realizarse el viernes.
El sistema monetario argentino establece que por cada peso en circulación debe haber un dólar respaldándolo en el Banco Central para garantizar la paridad entre las dos monedas, por lo que una caída en las reservas pone en riesgo el mecanismo.
La economía argentina no crece desde hace tres años y, además de temores de una devaluación en un país donde todas las transacciones están nominadas en dólares, los inversores temen que el Estado no pueda afrontar sus abultadas deudas, que en total alcanzan los 128.000 millones de dólares.
El Ministerio de Economía se cansó de negar la posibilidad de una devaluación o un incumplimiento en los pagos de la deuda, y afirmó que un reciente plan de ajuste que busca llevar a cero el déficit público mejorará la solvencia del gobierno central.
