BUENOS AIRES.- Los desempleados "piqueteros" concluían el jueves tres jornadas de bloqueo de rutas y carreteras en todo el país, en respaldo de sus demandas de trabajo y mayor asistencia social, con una marcha hasta la histórica Plaza de Mayo, donde se alza la Casa de Gobierno.
Pero sus demandas parecen lejos de ser satisfechas por el gobierno del presidente Fernando de la Rúa, comprometido ante los organismos financieros internacionales a implementar un severísimo programa de austeridad, que comprende reducción de salarios estatales y jubilaciones.
El diario "La Nación" informa el jueves que el ministro de economía Domingo Cavallo, en cumplimiento de la meta de déficit cero del gobierno, se dispone a introducir importantes recortes, en el presupuesto para 2002.
Esos recortes incluirían las áreas de asistencia social, los fondos destinados a las provincias y en los fondos especiales creados en años recientes para subsidiar a los sectores desprotegidos de la población.
Los piqueteros, así como las tres centrales sindicales, han anunciado que dispondrán nuevas acciones de fuerza para oponerse a las medidas de ajuste, que según afirman, afectan principalmente a los sectores de menores recursos, en un país sumido en una recesión económica desde 1998.
Las dos ramas en que está dividida la peronista Confederación General del Trabajo (CGT) informaron que el próximo martes anunciarán la fecha de un paro y movilización callejera contra las medidas gubernamentales. La izquierdista Central de Trabajadores Argentinos (CTA) ya realizó un paro general el la semana pasada.
Los docentes de escuelas públicas están en conflicto en varios distritos y en la provincia de Buenos Aires, la principal de la Argentina, impidieron la reanudación de clases después de las vacaciones invernales. Reclaman por el anuncio de que cobrarán buena parte de sus sueldos en bonos.
El miércoles hubo demostraciones de empleados públicos en casi todas las dependencias oficiales, incluyendo la Casa de Gobierno. Los edificios fueron vestidos de luto por el personal, que lanzó globos de color negro "en señal de duelo por la muerte del Estado argentino", según expresaron.
Uno de los dirigentes de los piquetes, Luis D'Elía, declaró el jueves a la prensa que los abogados de los desempleados iniciarán demanda judicial contra la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, por haber incumplido su promesa de enviarles herramientas y material para levantar viviendas precarias.
El gobierno sostiene que la protesta de los piqueteros, que se cumplió durante tres semanas, con bloqueos progresivos de rutas, ha perdido fuerza y respaldo de la gente.
El 4 de septiembre delegados de los desempleados de todo el país se reunirán para considerar una nueva etapa de protestas.
"Nos vamos a endurecer. Vamos a sacar medidas de lucha más contundentes, como hacer piquetes en la residencia presidencial de Olivos, la Casa de Gobierno o la avenida 9 de Julio (en pleno centro de la capital)", anunció D'Elía.
Los cortes de rutas y demostraciones se han cumplido en más de 100 lugares diferentes del país.
En Mar del Plata, a 400 kilómetros del sur, unos 5.000 trabajadores y desempleados marcharon el jueves hacia el centro de esa ciudad atlántica, después de bloquear la importante ruta nacional número 2, que conduce a Buenos Aires.
