BUENOS AIRES.- El Gobierno argentino reiteró el sábado su confianza en un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener una ayuda financiera que despeje las dudas sobre una posible cesación de pagos, al tiempo que pidió paciencia a los mercados, intranquilos por la demora del anuncio.
Luego de que las declaraciones del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill, despertaran dudas sobre el apoyo de ese país a un préstamo para Argentina, el secretario Legal y Administrativo del Ministerio de Economía argentino pidió que se deje trabajar a la misión en Washington.
"Cualquier cosa que digamos tiene una trascendencia que no es habitual, por eso hay que esperar y tener paciencia en que esto se resuelva", dijo Alfredo Castañón a una radio local.
"Tenemos que dejar a los negociadores que trabajen", añadió.
Una fuente del Palacio de Hacienda confirmó a Reuters que los funcionarios de esa cartera se llamaron a silencio y que no harán comentarios durante el fin de semana.
Funcionarios del Ministerio de Economía argentino y del Banco Central se encuentran en la capital estadounidense desde la semana pasada, negociando con el FMI y otros organismos de crédito un préstamo por entre 6.000 millones y 9.000 millones de dólares.
"Yo tengo la seguridad de que Argentina va a obtener el respaldo del mundo porque ha mostrado su compromiso de vivir con austeridad", dijo a periodistas Mario Losada, presidente del Senado argentino.
"Tenemos que tener fe, Argentina va a andar bien", aseguró.
La asistencia financiera será destinada a apuntalar las reservas y recuperar la confianza de los inversores, que temen una moratoria de pagos de la deuda de 128.000 millones de dólares -más del 44 por ciento del Producto Interno Bruto argentino- y una posible devaluación del peso, tras tres años de recesión.
La postergación de un anuncio afectó las expectativas del mercado de que Argentina reciba esa ayuda, causando una fuerte baja en las acciones y bonos argentinos, y debilitando a los otros mercados en América Latina.
El viernes, las acciones líderes de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires cayeron 6,04 por ciento al cierre de la jornada en tanto que el bono referencial Global, con vencimiento en 2008, perdió 6,46 por ciento.
Horas después del cierre del mercado argentino, y mientras el FMI anunciaba que el acuerdo con Argentina no se conocería al menos hasta el lunes, las declaraciones de O'Neill cayeron como un balde de agua fría.
En una entrevista televisiva, O'Neill dijo que Argentina está en una situación "muy resbaladiza" y que Estados Unidos trabaja para "encontrar una manera de crear una Argentina sostenible, no apenas una Argentina que sigue consumiendo el dinero de los plomeros y carpinteros de Estados Unidos (...) que se preguntan qué estamos haciendo con su dinero".
El Presidente argentino, Fernando De la Rúa, se negó el viernes a opinar sobre las declaraciones de O'Neill.
"No conozco la declaración", dijo De la Rúa, de visita a Santiago de Chile para la cumbre presidencial del Grupo de Río.
Pero un hálito de alivio vino de la mano de los líderes de 19 naciones de América Latina y el Caribe reunidos en la cumbre al respaldar al Gobierno argentino en su gestión ante el FMI.
Debido a los temores sobre una cesación de pagos tras tres años de recesión, el Gobierno argentino se vio obligado en julio a implementar un fuerte ajuste del gasto público para nivelar sus cuentas, que incluyó recortes de salarios y pensiones estatales.
La duda de los inversores y analistas es si el Gobierno -que sufre fuertes divisiones internas y debe enfrentar a cada paso la oposición del Partido Justicialista, que gobierna la mayoría de las provincias y controla la Cámara Alta- será capaz de llevar adelante el llamado plan de "déficit cero".
