TOKIO.- Las autoridades monetarias japonesas trataron de prevenir hoy el pánico financiero mundial interviniendo en apoyo del dólar, lo que no evitó que la Bolsa de Tokio cerrara a su nivel más bajo en 18 años.
El índice Nikkei terminó la sesión en 9.504,48 puntos, su cota más baja desde 1983, tras sufrir un descenso del 5 por ciento pocas horas antes de que reabran las bolsas en Estados Unidos.
Japón comenzó la semana dispuesto a frenar el pánico financiero internacional y optó por una de las pocas medidas que le quedan para hacerlo: la intervención directa en los mercados de divisas.
El Banco de Japón (BOJ), a petición del Ministerio de Finanzas, compró dólares tan pronto como la divisa estadounidense bajó de 117 yenes.
Su mínimo en la jornada fue de 116,90 yenes, el más bajo desde febrero pasado, aunque luego se apreció hasta 117,75 yenes, por encima de los 117,66 que tenía a primera hora.
El diario económico "Nihon Keizai" calificó de "modesto" el resultado de la intervención y aireó su escepticismo sobre la eficacia de estas medidas para contener el pesimismo económico que amenaza con extenderse.
La acción del banco central fue la primera que se tomó a instancias de los responsables de Finanzas desde los 5.000 millones de dólares que el banco vendió en abril del año 2000, y beneficia sobre todo a las grandes empresas exportadoras, como las de automóviles y electrónica.
Mazda, Nissan Motor, Honda, Fuji Heavy e Isuzu bajaron entre el 10 y el 14 por ciento y ni siquiera la más sólida, Toyota, se salvó de la tendencia bajista aunque con un retroceso más moderado (0,31 por ciento).
"Una apreciación demasiado rápida del yen puede tener efectos negativos para la recuperación de nuestra economía", dijo el ministro de Finanzas, Masajuro Shiokawa, para justificar una medida que a su juicio es un ajuste para que queden mejor reflejados los fundamentos económicos de Japón.
A diferencia de EEUU y la Unión Europea, que pueden aún recortar los tipos de interés y tratar de relanzar sus economías si se extiende la inestabilidad financiera, el precio del dinero en Japón deja poco margen de maniobra al estar en el 0,25 por ciento, y el interbancario día a día en un mínimo histórico del 0,002 por ciento.
A juicio de los analistas, al Gobierno del primer ministro Junichiro Koizumi sólo le quedan las intervenciones directas en apoyo del dólar para prevenir un agravamiento de sus propios problemas.
La intervención, cuya cuantía se desconoce, no evitó que los inversores continuaran su particular desbandada y volvieran a hundir el Nikkei bursátil muy por debajo de los 10.000 puntos.
La Agencia de Servicios Financieros (ASF) indicó que el índice Nikkei podría caer hasta 8.000 puntos sin dañar demasiado a la banca, que mantendría coeficientes de garantía en torno al 10 por ciento pese a la pérdida de rentabilidad de los títulos que acumulan en sus carteras.
Las actuales dificultades japonesas, agravadas por los atentados de la semana pasada, han colocado los niveles de confianza en el futuro económico por los suelos, como indicó una encuesta del semigubernamental Nippon Research Institute (NRI).
En su estudio sobre el optimismo económico, el organismo situó el nivel de confianza para el resto del año en su nivel más bajo desde 1977.
Los factores citados fueron la incertidumbre sobre el curso de las reformas estructurales, el repunte del yen, la caída de los ingresos empresariales y las reorganizaciones masivas emprendidas por las grandes compañías que han dejado en la calle a miles de trabajadores.
El NRI recomendó al Gobierno que trate de comprender los motivos que inducen a los consumidores a manifestar su escepticismo en el futuro económico, sobre todo para los despedidos, que sufrirán con sus familias los efectos del desempleo.