WASHINGTON.- El Presidente George W. Bush intentó este sábado asegurar a los estadounidenses que la economía norteamericana está "fundamentalmente fuerte" a pesar del impacto que están teniendo sobre el sector económico los ataques del 11 de septiembre sobre Nueva York y Washington.
"Los terroristas que atacaron a Estados Unidos el 11 de septiembre hicieron blanco en nuestra economía, al igual que en nuestro pueblo", dijo Bush en su programa radial semanal. "Ellos derribaron un símbolo de la prosperidad estadounidense, pero no pudieron tocar su fuente".
Los ataques suicidas contra el World Trade Center de Nueva York y el Pentágono, que dejaron más de 6.800 muertos y desaparecidos, golpearon la economía estadounidense, y un número creciente de analistas considera ahora que el país ha entrado en una recesión.
Los temores de que la guerra es inevitable, tras el rechazo de Afganistán a entregar al disidente saudita Osama bin Laden, principal sospechoso de los ataques, condujeron a la semana con más pérdidas en la bolsa desde la Gran Depresión de la década del 30.
En su intervención radial, Bush no enmascaró los problemas económicos, pero declaró que "ningún terrorista será capaz de decidir nuestro destino".
Golpes a la economía
"Nuestra economía se estremeció", reconoció Bush, haciendo notar que muchos empleados perdieron esta semana sus trabajos, en especial en las industrias aérea, hotelera, de restaurantes y turística, en medio de la lucha de las empresas por mantenerse a flote.
"Muchos estadounidenses también han visto caer el valor de sus acciones", dijo Bush. "A pesar de todos esos desafíos, la economía estadounidense es fundamentalmente fuerte", reafirmó el Mandatario.
Mientras busca concertar una coalición internacional que se una a Estados Unidos en una "guerra contra el terrorismo", Bush también ha trabajado con el Congreso para ofrecer 15.000 millones de dólares de ayuda de emergencia a fin de que las aerolíneas estadounidenses sigan volando.
El Senado y la Cámara de Representantes aprobaron el viernes una legislación para ayudar a restaurar las finanzas de las principales aerolíneas, que padecen los efectos de los secuestros. La ayuda incluiría nuevas y costosas medidas de seguridad y bajos precios de los boletos.
La Casa Blanca dijo que Bush firmaría pronto la propuesta.
El Presidente aseguró a los estadounidense que el Congreso y la Casa Blanca también estaban coordinando esfuerzos "para hacer que nuestra economía se mueva de nuevo".
El presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, y el secretario del Tesoro, Paul O'Neill, han instado a los legisladores preocupados por ayudar a los negocios afectados a que no se apresuren a tomar nuevas medidas de estímulo antes de que se aclare el efecto total de los ataques.
Frente unido contra el terrorismo
George W. Bush predijo que su recorte de impuestos de 1,35 billones de dólares, las reducciones de las tasas de intereses de la Reserva Federal y los precios más bajos del combustible estimularían la economía y ofrecerían "un mejor clima para los negocios".
"Estoy trabajando con el Congreso para fortalecer nuestra economía y hacer que los estadounidenses regresen a trabajar", dijo el Presidente norteamericano.
"Ambos partidos en las dos cámaras del Congreso están unidos en nuestra determinación de usar la fuerza fundamental de nuestra economía para enfrentar nuestros desafíos económicos inmediatos", agregó.
Hace unas semanas, Bush se disponía a enfrentar a los demócratas en torno a su propuesta de recorte de impuestos, el presupuesto y las prioridades de gastos, pero la crisis nacional sin precedentes desatada por los ataques ha unido al Congreso y al país en torno a Bush.