SANTIAGO.- Chile recibió un espaldarazo de la Unión Europea (UE) para lograr un acuerdo de asociación política y comercial en mayo del próximo año, pese a las turbulencias mundiales surgidas tras los ataques contra Estados Unidos.
Los equipos negociadores chileno y europeo analizaron en Bruselas las propuestas arancelarias que intercambiaron en julio, en la primera ronda de tratativas tras los atentados y mostraron "importantes flexibilidades" en los tópicos comerciales más complejos.
"En especial recalco de esta ronda que el propio jefe negociador de la Unión Europea, Guy Legras, ha afirmado públicamente que tiene la voluntad de concluir el acuerdo con Chile en mayo", dijo en entrevista con Reuters el líder del equipo negociador chileno, Heraldo Muñoz.
La idea de cerrar el tratado en esa fecha nació del Gobierno español, pero no se había oficializado por parte del bloque de 15 países europeos.
La firma de un acuerdo amplio ha sido una de las banderas en materia de apertura comercial del Gobierno de Ricardo Lagos, junto con la negociación para un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
"Nos interesa terminar el acuerdo con la Unión Europea con un contenido de calidad. No hay nada asegurado, pero creo que al ritmo que vamos avanzando estaremos en condiciones para terminar la negociación a tiempo", dijo Muñoz, subsecretario de Relaciones Exteriores.
Flexibilizaciones
El centro de la sexta ronda de negociaciones, que se llevó a cabo la semana pasada, fueron las materias comerciales en las que se detectó la voluntad de ceder posiciones por parte de Chile y el bloque europeo, su principal socio comercial como pacto.
Los obstáculos se refieren a los reparos de Chile frente a la desgravación de algunos productos, esencialmente del área agrícola, que considera subsidiados.
La Unión Europea, en tanto, pidió acuerdos separados para vinos y licores y una modalidad especial para los productos pesqueros, su desembarco y captura en puertos chilenos.
"Hay una flexibilidad de Chile para reconsiderar los asteriscos que hemos puesto sobre productos subsidiados y esperamos una flexibilidad de la otra parte", dijo Muñoz, que no detalló los bienes específicos que se abordaron en la negociación.
La Unión Europea ofreció liberalizar casi la totalidad de las importaciones anuales provenientes de Chile, con un valor de 3.900 millones de euros (unos 3.300 millones de dólares), en un plazo de diez años. La balanza comercial es deficitaria para el bloque.
"Nosotros hemos manifestado flexibilidades y respecto al tema pesca, percibimos una modificación en la postura de la Unión Europea, (...) hay un planteamiento distinto en cuanto al acceso a los recursos pesqueros", dijo Muñoz.
Calendarios
La última ronda de negociaciones de este año se realizará en Santiago entre el 10 y el 14 de diciembre. El jefe negociador chileno manifestó su interés en que el acuerdo quede virtualmente terminado en esa ocasión.
"La próxima ronda va a ser una ronda dura. Mi deseo sería que termináramos en diciembre con una ronda que ha llegado a resolver la columna vertebral del acuerdo", dijo.
"La veo como una ronda crítica que va a definir la factibilidad de cumplir con los plazos que nos estamos fijando", agregó.
Las fechas de las conversaciones entre enero y mayo del próximo año se mantendrán en suspenso hasta que España asuma la presidencia del bloque durante ese período.
Sin embargo, no parece haber piedras en el camino ya que fue el propio presidente español, José María Aznar, quien impulsó la firma de un acuerdo en mayo de 2002.
"España tiene muy buena voluntad y siempre el país de la presidencia (del bloque) incide en la fijación de los ritmos, de manera que no veo inconveniente alguno", expresó Muñoz.
