BUENOS AIRES - El gobierno argentino espera poder reestructurar su
deuda de US$ 132.100 millones en un plazo no mayor a tres meses, en una medida que busca que el país no caiga en una situación de cesación de pagos, dijo este viernes el asesor del Ministerio de Economía, Horacio Liendo.
El ministro de Economía, Domingo Cavallo, anunció el jueves por la noche que ofrecerá a los tenedores de bonos argentinos la opción de transformarlos en préstamos o títulos garantizados con una tasa de interés del 7%, frente al 11% promedio que pagan dichos instrumentos.
La primera reacción de los mercados el día después del anuncio fue negativa: el riesgo país trepó a un nivel record de 2.517 puntos (frente a los 2.295 del jueves), aunque a las 11.30 hrs se ajustaba a 2.468.
"Todo el proceso no debería llevar más de tres meses", dijo Liendo a una radio de Buenos Aires.
El asesor añadió que en una primera etapa se espera que sean los bancos locales los que acepten la invitación del gobierno a canjear sus títulos, y que luego se lanzará una oferta a los inversores extranjeros.
La duda en la operación doméstica es si el gobierno, que no posee un respaldo explícito ni de la oposición ni de un importante sector del oficialismo ni de los gremios, podrá enfrentar a los poderosos bancos locales y lograr que acepten cobrar menos dinero en intereses sólo porque los nuevos bonos poseen como garantía de repago la recaudación de impuestos.
Liendo explicó que los fondos con los que se conformará la garantía para los nuevos títulos, de los cuales no se conocen detalles, será recaudación "afectada específicamente", lo que significa que no podrá ser utilizada con otros fines.
Además destacó que, para el tramo internacional de la operación, son necesarias garantías de organismos internacionales para lograr convencer a los tenedores de que acepten bonos más seguros pero con menor rendimiento.