DOHA.- China, novena potencia económica mundial, fue aceptada el sábado como el miembro número 143 de la Organización Mundial de Comercio (OMC), en una ceremonia efectuada en Doha en el marco de la IV Conferencia Ministerial de la entidad.
La aceptación del ingreso de China fue aprobada por consenso, después de un proceso que duró 15 años de trámites y difíciles negociaciones con cada uno de los 142 miembros precedentes.
La aceptación fue acordada en septiembre pasado en la sede de la OMC en Ginebra, y ratificada hoy en Doha en presencia del ministro chino de Comercio Exterior, Shi Guangsheng, quien asiste a la conferencia como observador.
"Después de 15 años de difíciles negociaciones, finalmente hemos llegado a este histórico momento", dijo Shi ante un auditorio repleto en la sede de la conferencia.
El ministro firmará los acuerdos de ingreso en otra ceremonia protocolar el domingo, dijeron fuentes de la OMC.
Taiwán también deberá ser admitido el domingo de una forma similar, con el nombre de China-Taipei. Un acuerdo informal de 1992 entre los países miembros disponía que Taiwán no podía ser aceptado antes que el Gobierno de Beijing.
En su discurso después de la aceptación, Shi dijo que el ingreso de China a la OMC conviene no sólo a su país, sino también a los demás miembros de la organización, y contribuye a la universalización del sistema mundial de comercio.
China no se convertirá en miembro oficial antes de que su parlamento ratifique el acuerdo de ingreso y éste sea depositado en la sede de la OMC.
Treinta días después de ese último paso, el Gobierno de Beijing será miembro de pleno derecho.
El director general de la OMC, Mike Moore, y numerosos dirigentes de los países miembros, saludaron el ingreso de China, candidata desde 1986, como "un acontecimiento histórico" y un paso mayor que acentúa la dimensión universal de la organización.
Los 142 miembros de la OMC esperan que China, un mercado de 1.200 millones de consumidores, ayudará a reactivar la economía mundial, que se desliza hacia una recesión después que los ataques terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos sepultaron la confianza de inversionistas y consumidores.
Pero su ingreso a la OMC también encierra el potencial de provocar cambios profundos en la misma China.
Beijing hizo concesiones importantes para reconquistar su acceso pleno al sistema mundial de comercio, que abandonó cuando los comunistas tomaron el poder en 1949.
Beijing se comprometió, por ejemplo, a eliminar todos los subsidios a las exportaciones agrícolas, algo que la Unión Europea y Japón se rehúsan incluso a considerar.
China cortará también a un 8,5% su apoyo doméstico a la agricultura, por debajo del techo de 10% permitido a los países en desarrollo.
Un alto funcionario de Estados Unidos dijo que China es "una voz en favor del libre comercio, que puede dar nuevos ímpetus a la liberalización entre las naciones en desarrollo".
China había comenzado a reformar su economía hace 23 años, pero desacuerdos internos sobre las ventajas o desventajas del libre comercio demoraron su pedido de ingreso a la OMC.
Las controversias pueden agravarse, advirtieron analistas, en la medida en que la competencia externa pueda provocar el cierre de empresas estatales ineficientes y despidos.
Según estimaciones de Estados Unidos, hasta 10 millones de trabajadores agrícolas en China podrían ser desplazados como consecuencia de las concesiones hechas por Beijing para ganar acceso a la OMC.