MONTEVIDEO.- El gobierno de Uruguay expresó hoy su preocupación por los problemas del Mercado Común del Sur (Mercosur) y anunció su intención de no avanzar en el calendario de convergencias hacia el Arancel Externo Común (AEC) del ese bloque regional.
La noticia fue difundida el ministro de Economía, Alberto Bensión, durante un foro empresarial, al afirmar que su país no va a aplicar "ninguno de los aumentos previstos en determinados tipos de bienes para alcanzar el AEC".
Bensión expresó la voluntad de Uruguay de "replantear el futuro de las obligaciones asumidas anteriormente" e insistió en que se "negociará con libertad con la Unión Europea, EE.UU. y los países andinos".
Uruguay, agobiado por la situación de los dos principales socios del Mercosur, Argentina y Brasil, y las consecuencias que ha tenido para su economía la falta de coordinación macroeconómica, tiene la intención de "congelar" al bloque, sin abandonarlo.
Bensión dijo que "es conveniente detenerse, sin desmantelar el proceso de avance hacia a la convergencia arancelaria", cuya adecuación debe negociarse desde el próximo 1 de enero.
Uruguay perdió competitividad con Brasil, que ha devaluado su moneda el 38 por ciento en este año, mientras observa nervioso la evolución de la situación de Argentina, competidor internacional en las exportaciones de carnes, lanas y cueros.
En el foro de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE), Bensión insistió en la conducta de Uruguay, que le permite mantener un bajo nivel de riesgo país y pagar las más bajas tasas de interés para su deuda exterior.
El Gobierno parece querer revertir esa situación y pese a los esfuerzos del Presidente uruguayo, Jorge Batlle, para abrirse a los mercados externos, ello no ha sido posible por la lenta integración del Mercosur y los permanentes desequilibrios de la región.
Bensión recordó hoy que su país ha sufrido "los peores efectos de la situación económica de los vecinos sin interponer ninguna acción de represalia, ni resistir públicamente esta situación, bajo la invocación fácil de nuestra pequeñez o de la asimetría de la región".
El titular de Economía se lamentó de que no es el comercio regional el que no funciona, sino que "no es posible programar al menos en Uruguay inversiones de mediano y largo plazo, con vistas a aprovechar las ventajas que, en teoría, derivan de la integración".
Para Bensión, "las dificultades de acceso a los mercados de producciones competitivas a precios de liquidación empiezan a exacerbar sentimientos aislacionistas en las sociedades, que van, justamente, en la dirección contraria al Tratado de Asunción del Mercosur y, aún, a la tradición de hermandad entre nuestros pueblos".
Poco antes de tratar el asunto del Mercosur, el ministro anunció que el PIB de Uruguay tendrá este año una bajada del uno por ciento, el déficit fiscal será del 3,8 por ciento del PIB y se tienen perspectivas de un año 2002 "sumamente volátil".
Pese a las dificultades, el año 2001 cerrará con una inflación del 3,5 por ciento, por debajo de las previsiones oficiales.