WASHINGTON.- El Gobierno y los empresarios estadounidenses aplaudieron el jueves la aprobación por un voto en la Cámara de Representantes de un proyecto de ley para autorizar negociaciones comerciales, mientras voceros de las organizaciones antiglobalización la calificaron de victoria pírrica y predijeron que aumentará el rechazo contra el libre comercio.
El proyecto sobre la Autoridad de Promoción Comercial (ex "Fast Track", ahora conocida como TPA, por sus siglas en inglés) fue aprobado por un solo voto de diferencia, 215 a 214, después de una semana de agresivas campañas en favor y en contra y un buen número de "trueques" para asegurar votos de legisladores indecisos.
El responsable de Comercio Exterior, Robert Zoellick, calificó sin embargo el resultado como "un voto por los trabajadores, las familias y el liderazgo internacional" de Estados Unidos, y "un paso importante en el proceso de estimular la recuperación económica" de la nación.
Zoellick vaticinó que esto ayudará a reactivar el impulso comercial perdido por falta de la autorización "Fast Track", que expiró en 1994, y que le fue negada dos veces en el quinquenio pasado al entonces Presidente Bill Clinton.
Zoellick indicó que si el Senado aprueba también la TPA, EE.UU. finalizará prontamente acuerdos de libre comercio con Chile y Singapur, acelerará las negociaciones del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), y emprenderá la rueda de negociaciones acordada el mes pasado por la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Doha, Qatar.
La secretaria de Agricultura, Ann Veneman, afirmó por separado que el voto de hoy fue "un acontecimiento muy positivo para los agricultores y la industria agroalimentaria" del país.
El secretario del Tesoro, Paul O'Neill, aplaudió el resultado e instó al Senado a "enviar también una fuerte señal, de que los negociadores de Estados Unidos disponen de las herramientas necesarias y el apoyo del Congreso para concluir nuevos acuerdos comerciales que beneficiarán a los agricultores y la industria de Estados Unidos".
El presidente de la Cámara de Comercio, Thomas Donohue, felicitó a los legisladores que, según él, "se enfrentaron a los aislacionistas (...) para votar en función del interés nacional".
En contraste, voceros de la llamada "Coalición de Seattle", grupos antiglobalización que en 1999 sabotearon la conferencia de la OMC en esa ciudad, denunciaron que el resultado de hoy obedeció a la "compra" de votos y otras manipulaciones políticas.
"Nunca sabremos cuántos millones de dólares en contribuciones políticas, u otros tratos, fueron necesarios para ganar este voto", dijo John Cavanagh, director del Instituto de Estudios Políticos, quien se burló de que el Gobierno envió al Secretario de Estado, Colin Powell, a tratar de persuadir a los legisladores con el argumento de que la TPA era necesaria para ganar la lucha contra el terrorismo.
Sarah Anderson, otra dirigente de la coalición, recordó que el mismo tipo de tácticas fueron usadas por Clinton para conseguir la aprobación del acuerdo de libre comercio con México y Canadá, y creó una marea de resentimiento que más tarde llevó a que dos veces le negaran el "Fast Track", y a la multiplicación de organizaciones civiles contra el libre comercio.
"Esta vez probablemente pasará lo mismo", dijo Anderson.