SANTIAGO.- Con una fuerte alza de $ 5,50, a $ 660,50/661,00, cerró este viernes el dólar, debido a una "sobrereacción" del mercado producto de las declaraciones del presidente del Banco Central, Carlos Massad, quien dejó entrever una pronta baja en la tasa de instancia monetaria y descartó nuevas intervenciones en el mercado cambiario.
En el año, la moneda estadounidense acumuló un alza de $ 87,10 (15,18%).
"Antes de que hablara Massad (11.33 horas), las operaciones eran escasas, no más de US$ 120 millones, y las puntas estaban en $ 652,0-652,5. Básicamente, los bancos estaban liquidando posiciones porque no había demanda real y no habían noticias que pudieran motivar un cambio de tendencia, pero después se juntaron los comentarios de Massad, algo de demanda real y el desplome del Merval, lo que gatilló una fuerte alza, primero hasta los $ 657 y después hasta los $ 662", dijo un agente.
El titular del BC reconoció que la sostenida la baja de la inflación, hasta situarse en el centro del rango meta de 2-4%, abre espacios para una política monetaria más expansiva, desde el actual nivel de 6,50% nominal anual.
Ello fue interpretado como un virtual anuncio de baja de tasas, que podría ser de 50 puntos básicos. La próxima reunión del Consejo del BC es el 10 de enero.
El 16 de agosto, el Central hizo una excepción al tomar medidas para contener la escalada de la divisa (ventas de reservas por US$ 2.000 millones y de PRD por otros US$ 2.000 millones), debido a que el pésimo escenario externo alentaba a los agentes a "cubrirse" en dólares. Pero Massad aclaró que dicho mecanismo no será renovado para el 2002, ya que "la situación excepcional se terminó". En todo caso, advirtió que se reservan el derecho de intervenir nuevamente si el escenario lo amerita.
El Merval se hundía este viernes un 9,12%, debido a expectativas de que el peso argentino no sea devaluado.
En Chile, al comienzo de la jornada, la no renovación de vencimientos "forward" llevaron a la divisa hasta un mínimo de $ 651,70 a las 10.25 hrs. Posteriormente, la moneda se estabilizó entre $ 652 y $ 653, hasta las 11.50, momento en que inició una fuerte escalada, producto del nerviosismo generado por las palabras de Massad, lo que hizo que bancos y sector real aparentemente eléctrico- llevaran a la divisa hasta un "techo" de $ 662,10 a las 12.49 hrs.
El monto transado alcanzó los US$ 292 millones, retrocediendo en US$ 68 millones en relación a la víspera.
Para el miércoles 2, se estima que el dólar podría fluctuar entre $ 658 y $ 663, debido a que hay entidades que han contenido sus transacciones hasta el primer día hábil de 2002. El mercado estará muy atento a la normalización de las operaciones cambiarias y bancarias en Argentina.
Expectativas sobrepasadas
Al hacer un balance del año, operadores dijeron que las expectativas de una "ligera" depreciación del peso (desde los $ 573,90 hasta los $ 585-590) fueron ampliamente superadas producto de factores externos y domésticos que no habían sido considerados, en particular la contracción de la actividad en EE.UU. y el mayor riesgo regional provocado por Argentina.
La severa inestabilidad económica y el caos político del vecino país, que terminó por gatillar la renuncia del Presidente Fernando De la Rúa, hace 8 días, provocó una importante fuga de capitales de la región, para ser invertidos en países más seguros.
La contracción de la actividad mundial, en particular tras los atentados del 11 de septiembre, también fue un factor que explicó la menor entrada de flujos.
"Al caer EE.UU. en recesión y Japón y Europa no poder "tirar el carro" (de la economía mundial), los precios de los commodities se debilitaron, lo cual afectó los términos de intercambio de Chile. En todo caso, EE.UU. sigue siendo un país sólido comparándolo con el resto (...) de hecho el dólar igual se fortaleció frente al resto de las monedas", destacó un agente.
A nivel doméstico, las medidas económicas del gobierno tampoco han favorecido la entrada de capitales. A fines del 2000, operadores auguraban que las esperadas reformas tributaria y laboral alentaran una mayor actividad, lo que hubiese generado más empresas y por consiguiente más empleo. Pero, el resultado de esas leyes ha sido exactamente el contrario.
"El gobierno no cree en el modelo económico que heredó. Debió haber tomado medidas más proactivas, por ejemplo, privatizar empresas que dejan pérdidas y las leyes laborales y tributarias debieron apuntar a generar confianza en los inversionistas para hacer negocios en Chile", opinó un analista.
La única excepción a esta regla es la reforma al mercado de capitales, que a partir de noviembre estimuló un mayor intercambio de divisas con el exterior.