BUENOS AIRES.- El Gobierno argentino denunció el sábado una campaña de especuladores que buscan que el dólar se dispare el lunes, cuando el mercado cambiario comience a operar libremente, y afirmó que tiene reservas para contener una estampida del precio de la moneda estadounidense.
"Yo sé que todos estos días hay una campaña que, reitero, está fomentada por sectores de la especulación. Y hablan no sé por qué de un dólar altísimo", dijo en su programa radial de los sábados el Presidente Eduardo Duhalde.
"Lo que están buscando es hacer negocios, que la gente incautamente compre dólares a cualquier precio y cuando empiece a bajar, porque el Estado tiene los recursos para que baje el dólar, van a perder plata. Yo le digo a la gente que tiene que tener mucho cuidado con esto", agregó.
El viernes, la divisa estadounidense en la plaza marginal de cambios cerró en niveles promedio de 2,3 pesos para la venta.
El Gobierno anunció hace una semana la libre flotación del peso en el mercado cambiario, medida requerida por el Fondo Monetario Internacional para brindar ayuda económica al país. Sin embargo, un feriado cambiario dispuesto a lo largo de toda la semana impidió que la medida entrara en vigencia.
Finalmente el lunes, el mercado cambiario volverá a operar y existen temores, incluso entre los propios funcionarios del Gobierno, de que el precio de la divisa estadounidense se dispare.
"La primera semana, la operatoria no va a ser representativa", había dicho el viceministro de Economía, Jorge Todesca. Pero para poder defender esa estrategia, el Gobierno necesita asegurarse un fluido ingreso de divisas para poder intervenir en el mercado de cambios desde la semana próxima.
Es por esto que el viernes a última hora puso punto final a una disputa con los exportadores de granos por una deuda con el sector en concepto de reintegro de impuestos. Los exportadores se comprometieron a ingresar al país 1.000 millones de dólares entre el 15 de febrero y el 15 de abril.
En tanto, elípticamente y sin dar nombres, Duhalde acusó de infundir miedo entre la población sobre una estampida del dólar y un pico hiperinflacionario a los "sectores que se han beneficiado durante más de 10 años con una política que beneficiaba lo financiero".
"Esos son los mismos sectores que quieren generar un clima de hiperinflación, de un dólar a 10 pesos, cosas absurdas. Pero de cosas absurdas se van nutriendo los problemas de los países", destacó el Presidente. "No nos vamos a quedar de brazos cruzados", replicó en pie de guerra.
El Gobierno de Duhalde devaluó en enero el peso argentino -atado durante 10 años en una paridad 1 a 1 con el dólar-, un 28,5 por ciento, en un intento por mejorar la competitividad del sector exportador e impulsar de esa manera el crecimiento de la economía. No obstante, hasta el momento, la devaluación del peso está provocando más perjuicios que beneficios entre la población.
Los comercios están elevando sus precios en pesos para cubrirse de una mayor desvalorización, lo que alimenta los temores de una crisis hiperinflacionaria como las que tradicionalmente acompañaron a las devaluaciones en Argentina.
"Si somos capaces de mantener fuertemente esta devaluación, sin que haya una hiperinflación, vamos a salir todos beneficiados", afirmó Duhalde.
La segunda Argentina
Por otro lado, Duhalde calificó de histórico el acuerdo que alcanzó esta semana con gobernadores para reducir el gasto de la política en 1.000 millones de pesos. La propuesta de Duhalde busca reducir la cantidad de legisladores, eliminar los gastos reservados, achicar las estructuras burocráticas e impulsar una refundación del país. "Entiendo que es un reclamo de la sociedad", dijo Duhalde.
De esta manera, el Gobierno intenta calmar el ánimo de los argentinos que, cansados de ajustes, en los dos últimos meses se lanzaron masivamente a las calles en los denominados "cacerolazos" y lograron derrumbar a dos presidentes.
Los argentinos acusan a los políticos de cargar los ajustes económicos para bajar el déficit y el gasto del Estado sobre sus bolsillos, mientras el dinero de las arcas públicas se esfuma producto de la corrupción y la ineficiencia de la clase dirigente.