BUENOS AIRES.- Argentina necesitaría una ayuda financiera internacional de hasta 23.000 millones de dólares para comenzar a reconstruir su economía, dijo el miércoles el viceministro de Economía, Jorge Todesca.
En declaraciones a radio El Mundo en Buenos Aires, el funcionario dijo además que las negociaciones que comenzaron el martes en Washington entre el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, y organismos financieros internacionales podrían llevar entre 30 y 45 días.
"Normalmente estas crisis demandan alrededor del 12 por ciento del Producto (Interno Bruto), lo cual en nuestro caso es 22.000, 23.000 millones (de dólares) y en algunos casos se han requerido más", explicó el funcionario en relación con las cifras del PIB a valores de 2001, previos a la devaluación del peso en enero.
"Eso no quiere decir que se esté negociando sobre esas cifras con los organismos. No se está negociando hoy sobre una cifra específica sino que se está en la etapa de definición de los temas", agregó.
Las conversaciones en Washington concluirán este miércoles cuando Remes Lenicov se reúna con los titulares del Banco Mundial, James Wolfensohn, y del Banco Interamericano de Desarrollo, Enrique Iglesias.
El martes, el ministro argentino de Economía sostuvo encuentros con el director gerente del Fondo Monetario Internacional, Horst Kohler, y el secretario del Tesoro estadounidense, Paul O'Neill.
Tras la reunión, O'Neill se mostró satisfecho y volvió a repetir que Argentina necesita un plan económico "sostenible" para salir adelante.
El Gobierno argentino, que enfrenta la peor crisis política, económica y social de la historia del país, necesita con urgencia la ayuda financiera internacional para afrontar los costos de una urgente reestructuración del sistema financiero, al borde de la quiebra.
Semanas atrás, Remes Lenicov hacía calculado que el país necesitaba una ayuda financiera de entre 15.000 y 20.000 millones de dólares.
El FMI asistió financieramente a Argentina hasta fines del año pasado, cuando cortó su ayuda debido al mal manejo fiscal del entonces Presidente Fernando de la Rúa, que debió renunciar el 20 de diciembre en medio de un estallido social.