WASHINGTON.- El ex presidente ejecutivo de Enron Corp. Jeffrey Skilling acusó este martes al Congreso estadounidense de actuar con soberbia y de hacer perder el tiempo al público, mientras los legisladores lo fustigaron por afirmar tener tan poco conocimiento sobre la bancarrota del gigante comercializador de energía.
Durante una audiencia en el Senado sobre la debacle de Enron, los legisladores intercambiaron frases duras con Skilling, quien renunció pocos meses antes de que la empresa se acogiera a las leyes de protección por bancarrota, el 2 de diciembre.
"A toda la cúpula y la junta de Enron se le han dado todos los apelativos, desde charlatanes hasta delincuentes", dijo Skilling en su declaración inicial. "Estas falsedades socavan vidas y no hacen nada por mejorar el entendimiento de Enron por parte del público", agregó.
En la audiencia ante el Senado participaron también dos ejecutivos actuales de Enron, Jeff McMahon y Sherron Watkins.
Skilling estrechó la mano de McMahon, actual director general de Enron, cuando tomaron sus respectivos asientos ante la subcomisión de Comercio del Senado.
Sin embargo, Watkins, subdirectora general de Enron y quien ha dicho que Skilling probablemente estaba enterado de los problemas financieros de la empresa, evitó el contacto visual con el ex presidente ejecutivo.
Los tres testigos ofrecieron testimonios que en algunas ocasiones fueron contradictorios, lo que causó entre los senadores un desconcierto similar al que se vivió en una audiencia previa este mes en la Cámara de Representantes.
El colapso de la empresa, que llegó a ser la séptima de Estados Unidos, es objeto de investigaciones por parte de 10 comisiones del Congreso, el departamento de Justicia y la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC).
Skilling no puso en duda cálculos de que se hizo de 66 millones de dólares a través de ventas de acciones de Enron de febrero de 1999 a junio del 2001.
Dijo que aún tenía el dinero, pero al verse enfrentado con 36 demandas diferentes, no sabía cuánto le quedaría después. "Mi expectativa es que probablemente pasaré los próximos 5 o 10 años de mi vida luchando contra esas demandas", señaló.