GINEBRA.- Estados Unidos dejó claro el lunes que rechazará cualquier petición de la Unión Europea o Japón para que recorte sus anunciados aranceles a las importaciones de acero o, a cambio, compense a los países afectados, pese a la tormenta de protestas que ha desatado.
En una carta poco común enviada a los representantes de los países miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en su sede, Ginebra, la enviada estadounidense, Linney Deily, insistió en que las medidas decretadas por el presidente George W. Bush respetan las reglas de la OMC.
Washington considera, declaró, "que las solicitudes de una compensación inmediata respaldados por amenazas de represalias comerciales unilaterales están profundamente equivocados" y podrían dañar las perspectivas de una recuperación económica mundial encabezada por Estados Unidos.
Tal reacción, escribió Deily, "podría desatar represalias comerciales en todo el mundo justo en el momento en que la economía de Estados Unidos parece estar nuevamente encabezando el camino hacia la recuperación mundial".
"Los estadounidenses están jugando duro", dijo un diplomático comercial de un país que se quejó ante la OMC por los aranceles adicionales, de hasta 30 por ciento, para una serie de productos del acero.
El comisario de Comercio de la UE, Pascal Lamy, ha prometido que Bruselas basará su respuesta a la acción de Estados Unidos en las reglas de la OMC.
Sin embargo, también ha precisado que sus colaboradores legales estudian si el Acuerdo de Salvaguardas de la OMC permitirá al bloque europeo emprender rápidamente represalias si Washington no acepta darle una compensación.
Japón también ha dicho que quiere hablar de una compensación -probablemente a través de aranceles más bajos a otros productos importados por Estados Unidos- cuando mantenga consultas con Washington por la disputa.
La Unión Europea (UE) -que afirma que los aranceles causarán a sus empresas siderúrgicas pérdidas de hasta 2.000 millones de dólares anuales en los tres años en que estarán en vigor- Japón, Corea del Sur y Brasil tienen previsto conversar en Washington sobre el tema la próxima semana, dijeron varios diplomáticos comerciales.
La carta de tres páginas de Deily, difundida por la misión estadounidense ante la OMC, argumentó que Bush aplicó los aranceles sólo después de que no haber podido convencer a otros países productores de acero de que redujeran un exceso mundial de capacidad mediante la finalización de subsidios al sector.
"Durante décadas, gobiernos de todo el mundo han buscado impulsar y fortalecer a sus productores de acero a través de masivos programas de subsidio, mercados internos cerrados y regulación proteccionista", sostuvo Deily.
Al anunciar las medidas el martes pasado, Bush dijo que eran necesarias para dar tiempo a la industria siderúrgica de Estados Unidos para que se reestructure ya que un aumento de las importaciones estaba amenazando su futuro y miles de empleos.