SAO PAULO.- El representante de Comercio Exterior de Estados Unidos, Robert Zoellick, afirmó hoy en Brasil que las tarifas impuestas por su país al acero importado, no contradicen el discurso de defensa del libre comercio del Presidente George W. Bush.
"El Presidente Bush está comprometido con el avance de una agenda activa de libre comercio", dijo Zoellick en una reunión con unos cien empresarios estadounidenses y brasileños en Sao Paulo.
Tras subrayar que su país tiene "un gran interés en el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA)", que debe derribar las barreras comerciales del continente en el 2005, manifestó optimismo sobre lo que harán Estados Unidos y Brasil desde octubre próximo, cuando asumirán la co-presidencia para esas negociaciones.
Sobre el acero señaló que, al imponer tarifas de entre el 8 y 30 por ciento a las importaciones, Estados Unidos siguió las reglas de salvaguardas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y trató de reducir al máximo el impacto de la medida, porque el sector siderúrgico es muy sensible para muchos países, entre ellos Brasil.
"Tratamos el asunto con mucha sensibilidad para no solapar relaciones económicas y de negocios crecientes entre los dos países", apuntó el funcionario, al señalar que el 87 por ciento de las exportaciones brasileñas de acero no serán afectadas por las salvaguardas.
Añadió que al fijar las tarifas de importación para Brasil, el Gobierno estadounidense tomó como base las compras de acero del año 2000, que fueron mayores que las del 2001, con el fin de que las restricciones fueran lo menos dañinas posible.
"Ocurre que las medidas causaron sorpresa porque la gente está más acostumbrada a ver a Estados Unidos haciendo concesiones comerciales que imponiendo restricciones", subrayó.
Recordó que las salvaguardas fueron impuestas para facilitar la reestructuración de la industria siderúrgica estadounidense, que sufre las consecuencias del alto grado de apertura de ese mercado, que llevó a la quiebra a 31 empresas del sector en los últimos años.
Zoellick insistió en que las restricciones al acero no tienen carácter unilateral sino multilateral, porque se ciñen a las reglas sobre salvaguardas temporales de la OMC, que establecen además un período de consultas de 120 días entre las partes.
"Si tenemos diferencias vamos a debatirlas en el ámbito de la OMC", agregó el funcionario, en referencia a la intención de algunos países de pedir compensaciones comerciales o la revisión de las tarifas.
Anotó que no sabe si el Gobierno estadounidense podrá atender todos los pedidos de revisión de las salvaguardas, como ya ocurrió con Australia, pero subrayó el carácter temporal de la medida (tres años).
Añadió que como la economía estadounidense está dando señales de recuperación, "quizá hasta necesitemos importar más acero".
Zoellick abordó además la crisis de Argentina, y dijo que Estados Unidos y Brasil necesitan ayudar a la recuperación económica de ese país.
"Como vecino más influyente de Argentina, el papel de Brasil será vital. Como amigo próximo con alcance global, Estados Unidos también apoyará un plan de reformas argentino sólido y sustentable", dijo.
Zoellick comenzó su visita el pasado lunes en Brasilia, donde se reunió con el Presidente, Fernando Henrique Cardoso, y otros miembros del Gobierno, y hoy concluyó su gira en Sao Paulo.