BRUSELAS.- Europa y Asia se pusieron en pie de guerra el miércoles en contra de los fuertes aranceles a las importaciones de acero que fijó Estados Unidos, y presentaron un frente unido en una disputa que amenaza con convertirse en una guerra comercial mundial.
Pocas horas después de que los aranceles de hasta 30% a los productos del acero de Europa, Asia y América Latina entraron en vigor en Estados Unidos, a la medianoche, la Unión Europea dijo que sus propias medidas para luchar contra una posible inundación de importaciones baratas están casi listas.
Japón, que se convirtió en el último país en presentar un reclamo formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por los aranceles, dijo que se reserva el derecho a emprender represalias.
Un portavoz del cuerpo ejecutivo de la Unión Europea, la Comisión Europea, dijo: "Estaremos listos en cuestión de días. El bloque pretende adoptar defensas para proteger su propio mercado de una inundación del acero que no pueda entrar a Estados Unidos".
"Estas medidas serían, en toda probabilidad, efectivas inmediatamente. Para la OMC todo lo que se necesita es una presunción de riesgo" de un incremento en las importaciones, dijo el portavoz.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, decidió este mes colocar una barricada de protección alrededor de las empresas siderúrgicas de Estados Unidos al imponer aranceles a las importaciones de productos de acero, a las cuales culpa de una serie de bancarrotas de compañías en ese sector.
Estados Unidos dice que la medida es legal según las reglas de salvaguardas de la OMC, que permiten a los países imponer medidas temporales para ayudar a las industrias que han sido afectadas por un incremento drástico en las importaciones.
Sin embargo, la decisión desató amenazas de represalias después de que los productores acusaron a Estados Unidos de llevarse por delante los ideales de libre comercio que Washington pregona.
Una serie de países ya han presentado quejas ante la OMC. Japón fue el último, y se unió a Brasil, la Unión Europea, Nueva Zelanda y Australia.
Corea del Sur prometió hacer lo mismo el jueves y China dijo que realizará negociaciones con Washington esta semana y amenaza con presentar su primer reclamo ante la OMC si las conversaciones fracasan.
La Unión Europea también ha pedido compensación de Estados Unidos en forma de aranceles más bajos a otros productos y ha dicho que podría adoptar otras sanciones a los bienes estadounidenses si Washington rehúsa otorgar la compensación.
¿Guerra comercial?
La Unión Europea, que dice que sus empresas siderúrgicas podrían perder hasta 2.500 millones de euros al año, ha dicho que las medidas para proteger a su propio mercado no serán una prohibición que alcance en forma generalizada a las importaciones de acero de otras naciones.
Pero las amenazas y contraamenazas han suscitado temores de que la disputa por el acero se convierta en una guerra comercial de grandes proporciones.
Estos temores fueron reforzados cuando el ministro de Comercio de Japón, Takeo Hiranuma, dijo que su país consideraría tomar sus propias medidas para combatir los nuevos aranceles dentro de las reglas de la OMC.
"Nos reservamos el derecho a emprender represalias dentro de las reglas de la OMC. Ejerceremos tales derechos cuando lo necesitemos", dijo Hiranuma a un grupo de periodistas.
Además, indicó que Japón trabajará estrechamente con Europa y otras naciones interesadas en que se eliminen los aranceles.
Europa y Japón rechazan la razón por la que Estados Unidos tomó las nuevas medidas comerciales y dicen que las importaciones a Estados Unidos en realidad han disminuido en los últimos tres años.
La Unión Europea dice que la razón para imponer los aranceles es que la industria siderúrgica estadounidense no ha logrado realizar una reestructuración como el doloroso proceso que enfrentaron las empresas europeas en una década, con pérdidas de empleos.
Sin embargo, el economista de comercio Paul Brenton, del Centro para Estudios de Política Europea -un grupo de expertos de Bruselas-, dijo que el acero ya no es un producto básico por el que las naciones se arriesguen a desatar una guerra comercial.
"No creo que vaya a haber una guerra comercial global porque hay demasiado en juego",dijo.
"Desde el punto de vista general, aunque es importante, el acero ha perdido su peso en la economía mundial en los últimos 40 años", agregó.
Millones de dólares en riesgo
La Unión Europea ha dicho que el costo de los aranceles de Estados Unidos para el bloque es de 2.500 millones de euros, mientras que varios analistas indicaron que el impacto real de los aranceles al sector siderúrgico japonés podría ser limitado.
Esto se debe a que el volumen de las exportaciones a Estados Unidos, el quinto consumidor de acero japonés, es relativamente pequeño.
Sin embargo, las medidas pueden causar un impacto indirecto al desequilibrar el equilibrio de oferta y demanda en Asia, indicaron.
Japón exportó el año pasado 2,2 millones de toneladas de acero a Estados Unidos.