BERLIN.- A mediano plazo, la economía de Brasil sufrirá los efectos de la crisis argentina y deberá optar como muchos países de América Latina por el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), pronosticó el viernes un experto del célebre Instituto de Economía de Kiel (norte de Alemania).
"Por ahora, la situación de Brasil es buena y no sufrirá contagios de la crisis argentina, e incluso se encuentra en mejor camino hacia la reducción del déficit presupuestario", dijo a la AFP Rolf Langhammer, subdirector del Instituto, que en 1985 pronosticó la catástrofe de Argentina, bajo el Gobierno del Presidente Raúl Alfonsín.
Sin embargo, Brasil puede verse rápidamente involucrado en el problema, pese a que las condiciones económicas reales son claramente mejores que en Argentina, sostuvo el catedrático de economía de la Universidad de Kiel.
Hasta ahora, el Gobierno brasileño ha descartado la incorporación del país al ALCA, y ha dado la prioridad a la consolidación del Mercosur (Mercado Común del Sur, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), así como a la creación de una zona de libre comercio con la Unión Europea (UE) en lugar de un tratado que incluya a Estados Unidos.
Pero "a mediano plazo puedo imaginarme que Brasil, debido a sus transformaciones estructurales, tendrá mejores perspectivas y posibilidades de éxito en el ALCA y en un régimen de comercio libre con Estados Unidos", agregó Langhammer.
La cuestión es quién sucederá al Presidente Fernando Henrique Cardoso tras las elecciones de octubre próximo en Brasil, cuyo crecimiento económico para este año será del 1,0% y del 4,0% para 2003, según el Instituto de Kiel.
América Latina, en general, experimentará un crecimiento de 0,9% en 2002 y 3,7% en 2003, según esta entidad de estudios económicos internacionales.
Los pronósticos, dijo el experto, se basan siempre en un enfoque optimista y no prevén un cambio dramático de la situación en Argentina. Si la crisis se agravara aún más en este país, los vaticinios deberían ser corregidos a la baja, señaló.
"Lo mejor en el caso de Brasil sería que el nuevo Presidente continuara la línea económica introducida por Cardoso, "pero todo dependerá de las alianzas políticas y de los comicios en ese país sudamericano", opinó Langhammer.
Incluso México, cuyo crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) este año será de 3,0% y de 5,5% en 2003, es más propenso a contagiarse que Brasil de las crisis en Estados Unidos, pese a los apoyos que recibe el país azteca de sus socios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA).
No se descarta que la economía mexicana pueda sufrir cíclicamente cada seis o siete años estos problemas, debido a la volatilidad de su régimen cambiario y dependencia del dólar estadounidense que la hace revaluarse de forma real y perder competitividad internacional.
Lamentablemente, con el auge del bilateralismo económico-comercial, se desvirtúan los alcances del multilateralismo que propugnaba la Ronda Uruguay del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio), antecesor de la Organización Mundial de Comercio (OMC), "pero ésta parece ser la línea ahora impulsada por Estados Unidos, tras las fallidas experiencias regionales como las de la ALALC (Asociación Latinoamericana de Libre Comercio) y la ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración)", concluyó Langhammer.