BUENOS AIRES.- El Presidente Eduardo Duhalde aseguró el jueves que el programa que el FMI propone para Argentina "no es sustentable" y advirtió que puede llevar a "dificultades mayores" al país sudamericano, en la peor crisis económica en un siglo.
"Argentina va a fijar su posición, va a decir en el momento que corresponde que el programa tal cual lo plantea el Fondo lejos de ser sustentable es un programa que nos puede llevar a dificultades mayores, por lo tanto nosotros vamos a hacer nuestra propuesta de sustentabilidad", dijo Duhalde en declaraciones a Radio del Plata.
El Mandatario respondió a las declaraciones del director gerente del FMI, Horst Koehler, quien el miércoles sostuvo que Argentina debe "reorganizarse e intentar tomar un tipo de medicina más amarga", incluidos despidos de empleados públicos.
No obstante, Duhalde admitió que "es necesario" que Argentina obtenga ayuda de los organismos financieros internacionales para "salir de la grave crisis" del país, traducida en 46 meses de recesión, un derrumbe de la actividad industrial en 18,1% y un desempleo de 22% de la fuerza laboral.
Proyecciones
Esta mañana, en su informe sobre el Panorama Económico Mundial, el FMI advirtió que Argentina tiene por delante un "ajuste extremadamente difícil" y su economía se contraerá entre un 10 y un 15 por ciento en el 2002.
Además, el Fondo dijo que si bien el contagio de la crisis argentina ha sido limitado en América Latina aún hay "riesgos e incertidumbres sustanciales".
El FMI, que celebra sus Reuniones de Primavera junto con el Banco Mundial y el Grupo de los Siete, formado por los países más ricos del mundo, había pronosticado previamente en diciembre, y antes del estallido de la crisis que derivó en la renuncia de dos presidentes, que el país se contraería un 1,7 por ciento.
En su Panorama Económico Mundial, que publica dos veces al año, el FMI subraya que las perspectivas argentinas "siguen siendo altamente inciertas" en el corto plazo y pronostica para el país una inflación de 25 por ciento a 30 por ciento este año.
Argentina devaluó en enero su moneda, el peso, que desde hacía una década mantenía atado al dólar uno a uno, y desde entonces la divisa permanece a un nivel que oscila alrededor de 2,90 unidades por dólar.
De esta forma, el Fondo parece confirmar el temor de los argentinos de que se produzca un fuerte repunte inflacionario, que terminaría de asfixiar a una economía que ya entró en su cuarto año de recesión.
Sin embargo, el FMI considera que la devaluación del peso llevará a las exportaciones a aumentar considerablemente, lo que unido a una caída en las importaciones por la débil demanda interna, llevaría a la cuenta corriente argentina a registrar superávit este año.
El Fondo también prevé que la demanda doméstica seguirá disminuyendo por el altísimo nivel de desempleo en el país -de alrededor de 20 por ciento-, una escasa confianza y el congelamiento de los depósitos de los ahorristas en los bancos, principalmente.
El organismo, que mantiene unas duras negociaciones con Argentina para llegar a un acuerdo por el que el país podría recibir ayuda financiera, hace hicapié en su documento en que la duración y la profundidad de la crisis dependerá del programa económico del gobierno del país y de cómo se implemente
El principal punto de discordia entre el Fondo y el gobierno del Presidente Eduardo Duhalde es la exigencia por parte del organismo de un duro ajuste del gasto público, con el fin de llevar el déficit hasta un nivel manejable .
Esto supondría que la administración argentina tendría que llevar a cabo unas reformas económicas draconianas, lo que podría derivar en un nuevo estallido social.
El Fondo señaló en su Panorama que aunque hay muchos detalles del programa que aún no han sido presentados por el gobierno de Duhalde "las líneas generales de lo que el país requiere para el crecimiento y la estabilidad están razonablemente bien definidas".
Para el 2003, el FMI pronostica que la economía del país no crecería o podría crecer hasta un 3 por ciento.