WASHINGTON.- El líder de la mayoría demócrata en el Senado de Estados Unidos amenazó este martes con abandonar los esfuerzos para que el Congreso apruebe la iniciativa comercial de vía rápida, si los legisladores no progresan en varios temas espinosos del proyecto.
"La semana próxima, si no hemos avanzado, anunciaré que los derechistas han matado la TPA (autoridad de promoción comercial o vía rápida) y un paquete de legislación comercial adherido a ella", dijo el senador Tom Daschle a los periodistas.
El TPA daría al Presidente George W. Bush un mayor poder para negociar nuevos acuerdos comerciales, ya que el Congreso sólo podría aprobar o rechazar los pactos, pero no modificarlos.
Entre los temas polémicos añadidos a la iniciativa de TPA, está el de nuevos beneficios médicos para los trabajadores estadounidenses que hayan perdido sus empleos por las importaciones, o por la reubicación de fábricas de empresas estadounidenses en otros países.
Daschle acusó a los republicanos de estar tratando de impedir que la iniciativa sea sometida a votación, por su descontento con la idea de los nuevos beneficios de salud.
Si el tema no se resuelve favorablemente, Daschle dijo que también abandonaría sus esfuerzos por renovar los beneficios comerciales para las naciones andinas de Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia.
Daschle ha insistido en vincular la vía rápida al paquete de beneficios comerciales para las naciones andinas y a la asistencia médica para los trabajadores estadounidenses.
Las tres propuestas fueron aprobadas el año pasado por la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos.
Los republicanos y los demócratas están en desacuerdo sobre el monto de subsidio que el gobierno federal debe proporcionar para el costo de los cuidados médicos de los trabajadores desplazados.
Muchos republicanos también ponen objeciones a la propuesta de Daschle de cubrir durante un año los gastos médicos de los trabajadores siderúrgicos retirados y se niegan a vincular el paquete de asistencia a la iniciativa de la vía rápida.
Si las partes no llegan pronto a un acuerdo, los beneficios comerciales para las naciones andinas estarían en riesgo.
Esos beneficios expiraron este año pasado, cuando el Senado no renovó la Ley Andina de Preferencias Comerciales, de una década de vigencia, que permitía a Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia enviar la mayoría de sus productos a Estados Unidos libres de impuestos.
En febrero, Bush emitió una orden que aplazaba durante 90 días la aplicación de aranceles a los productos andinos previamente abarcados por la ley.
Si no se aprueba la renovación del proyecto para el 16 de mayo, los importadores tendrán que pagar los aranceles diferidos.