WASHINGTON.- El Senado de Estados Unidos aprobó esta noche la ley que autoriza al Presidente George W. Bush a negociar acuerdos comerciales (TPA), antes conocida como "fast track", o via rápida.
El "fast track" le permite al Presidente firmar tratados de libre comercio con otras naciones con la garantía de que el Congreso los votará sin enmiendas, por "sí" o por "no".
No obstante, el TPA deberá pasar por la discusión de una comisión mixta -compuesta por las dos ramas del Congreso- que tendrá que acordar un texto unificado, el que a su vez deberá ser ratificado por las dos cámaras parlamentarias.
Estados Unidos tiene avanzadas sus negociaciones para un acuerdo de libre comercio con Chile, y el Presidente Bush es uno de los más entusiastas impulsores del Area de Libre Comercio de las Americas (ALCA), que espera poner en marcha en el 2005 desde Alaska a Tierra del Fuego.
La concesión del "fast track" viene siendo uno de los puntos prioritarios de la administración Bush, que hizo del libre comercio una de sus banderas sobresalientes.
"El comercio favorece a nuestros trabajadores y la creación de empleos", dijo Bush, para quien "el comercio es en beneficio de las naciones en desarrollo como de los países desarrollados".
Además del "fast track", el proyecto de ley aprobó la extensión por otros diez años del tratado de preferencias arancelarias ATPA, con el cual se beneficia a las naciones andinas que luchan contra la producción de drogas.
Los gobiernos de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú vienen presionando insistentemente por la renovación del ATPA, cuyo primer periodo concluyó el 4 de diciembre último. El ATPA concede aranceles cero a varios productos de exportación de las naciones andinas, como una recompensa por sus exitosos programas de erradicación de cultivos y reconversión económica.
Después de que el senador demócrata Max Baucus -un importante impulsor de la medida- dijera que "ya es tiempo de cerrar el debate", los legisladores de la cámara alta votaron anoche por 68-29 por votar definitivamente el proyecto mañana.
La legislación es habitualmente motivo de polémica partidaria en Estados Unidos. El último "fast track" venció en 1994 y el Presidente demócrata Bill Clinton luchó sin resultados para obtener una renovación de ese poder. Uno de los principales escollos fue la oposición republicana.
Ahora, son los demócratas en la oposición quienes se tomaron su tiempo para tratar el "fast track", argumentando en especial que ciertas consecuencias de los tratados de libre comercio pueden provocar despidos en algunos sectores de la economía estadounidense.
En ese sentido, el proyecto incluye beneficios en los programas de salud para aquellos trabajadores que pierdan sus empleos a causa de los flujos generados por los tratados de libre comercio.