NUEVA YORK.- El escándalo contable de la telefónica WorldCom, que falseó pérdidas millonarias durante más de un año, podría forzarla a la bancarrota que sería aún mayor que la hasta ahora más grande de Estados Unidos, la de Enron, según analistas.
Los expertos estiman que las consecuencias del escándalo, al igual que ocurrió con Arthur Andersen, pueden ser ya imparables ante el abandono de numerosos clientes, el encarecimiento de nueva financiación y la pérdida total de credibilidad en la empresa.
Rosemarie Kalinowski, analista de la firma Standard & Poor’s, señaló en un comunicado a sus clientes que la expansión de la investigación por parte de la Comisión de Valores de EE.UU. (SEC, por sus siglas en inglés), entre otras cosas, "puede tener un impacto adverso en las negociaciones en curso con los bancos y en la capacidad de la empresa de retener a sus clientes" actuales.
Por ello, agregó Kalinowski, la firma norteamericana decidió rebajar aún más la calificación de los bonos de la telefónica, la segunda más grande de larga distancia de EE.UU., de "B+" a "CCC-", uno de los niveles más bajos dentro de los denominados "bonos basura".
Brad Bruns, portavoz de WorldCom, no quiso comentar directamente el impacto de esta decisión -que encarece aún más las posibilidades de obtener nueva financiación- y se limitó a señalar que siguen en conversaciones con los bancos y otras instituciones.
El martes, los directivos de WorldCom reconocieron irregularidades contables por valor de 3.800 millones de dólares y afirmaron que tendrán que rehacer las cuentas para todo el ejercicio del año 2001 y para el primer trimestre del 2002.
WorldCom, con activos valorados en unos 92.000 millones de dólares, tiene una deuda acumulada de cerca de 30.000 millones de dólares y su gran reto ahora es mantener los ingresos suficientes para tener liquidez con la que enfrentar los próximos meses.
Jim Shallcross, analista de la firma de bonos Independence Fixed Income Associates, estimó que lo mejor que puede pasar en estos momentos es que se fuerce a WorldCom a la bancarrota, pues de esa manera se salvaguardará su capacidad de seguir operando.
"Todo apunta a que se verán forzados a solicitar la protección del Capítulo 11 mientras reorganizan lo que queda de empresa", dijo el analista al recordar que la compañía anunció que a partir del viernes despedirá a cerca de 17.000 trabajadores.
Las pérdidas provocadas ya por el reconocimiento del fraude contable, uno de los más grandes en la historia corporativa norteamericana, son enormes, al estimarse que los tenedores de bonos de WorldCom perdieron sólo el martes unos 7.300 millones de dólares.
A ello hay que añadir que las acciones de la empresa en el mercado electrónico Nasdaq estuvieron suspendidas de cotización todo el martes y no está claro cuando se les permitirá negociar de nuevo.
Los títulos de la telefónica, que llegaron a cotizarse a 62 dólares en 1999, fueron negociados la última vez a 0,23 dólares.
En caso de quiebra, todos los tenedores de bonos, sin importar los términos particulares de cada título, reciben un trato igualitario, y de allí que un bono a diez años valga hoy lo mismo que uno que vence dentro de pocos meses.
En el proceso de rápido crecimiento durante los años 90, la compañía emitió bonos por 28.000 millones de dólares, incluida una venta de deuda de 11.900 millones de dólares realizada el año pasado, la mayor colocación de bonos en la historia de los EE.UU..
Los analistas creen que si WorldCom va a la quiebra lo mejor será que lo haga pronto, ya que aún cuenta con dinero en efectivo que le permitiría al menos seguir funcionando.