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Inseguridad jurídica y piratería musical frenan inversión en Rusia

El esquema básico de las disputas mercantiles, cuyo origen se remonta al florecimiento de las mafias tras la desintegración de la URSS, suele incluir a un socio ruso y otro extranjero, que firman un contrato y que luego se separan por una u otra razón.

11 de Agosto de 2002 | 12:04 | EFE
MOSCU.- Al menos cuatro litigios mercantiles oirán la próxima semana los tribunales en Rusia, que trata de fomentar las inversiones exteriores pese a la inseguridad jurídica y a su segundo puesto entre los países con más piratería audiovisual del mundo.

Esas cuatro disputas comerciales son sólo la punta del iceberg de uno de los problemas más agudos para la recuperación de la economía rusa y que el presidente Vladímir Putin ha prometido atajar de raíz.

Pero casi todas las leyes y decretos promulgados últimamente por el Kremlin y el Gobierno han chocado por ahora con una práctica que ha puesto obstáculos a la entrada de Rusia en la Organización Mudial de Comercio (OMC).

El esquema básico de estas disputas, cuyo origen se remonta al florecimiento de las mafias tras la desintegración de la URSS, suele incluir a un socio ruso y otro extranjero, que firman un contrato y que luego se separan por una u otra razón.

Por regla general, la ruptura es a iniciativa del socio ruso, que se queda con todo el negocio o que no paga su parte, y que además no cumple con la sentencia judicial cuando da la razón al otro socio.

Eso es lo que le ocurrió, entre decenas de casos de estos años, a la compañía norteamericana Sawyer Research Products, especializada en cristales de cuarzo de precisión para la industria electrónica.

Alexandr Vershbow, embajador de EE.UU. en Moscú, contó la peripecia de Sawyer en una reciente intervención en la que animó a Rusia a dar pasos serios para "ganarse la confianza" de los inversionistas.

Tras invertir más de ocho millones de dólares, Sawyer se quedó en la calle por "intereses locales celosos", un eufemismo de Vershbow para referirse a la aparente connivencia de jueces y autoridades con el socio ruso.

En otras ocasiones, y pese a la sentencia favorable del tribunal, los responsables gubernamentales no la ejecutan o los socios rusos se niegan a cumplirla, a veces incluso con amenazas de muerte.

Desde que llegó al poder hace dos años y en especial los últimos meses, Putin ha reorganizado algo el poder judicial y dado órdenes para mejorar el clima de confianza en busca de inversiones.

Pero los resultados son tan escasos que la Unión Europea, la OMC y otros organismos y países han llamado la atención a Moscú sobre la urgente necesidad de poner freno a la corrupción.

"Como le diría un amigo a otro, le decimos a Rusia que aquí tiene un problema", declaró Vershbow sobre la meta confesada por Moscú de incorporarse al "mundo civilizado", una de las expresiones favoritas de Putin.

Uno de los campos donde la inercia no sólo sigue, sino que cada año aumenta alarmantemente, es el de la piratería musical, ya sea en la venta clandestina de cd, casete, mp3 u otros formatos.

En una carta al ministro de Prensa, Mijaíl Lesin, el embajador de EE.UU. denunció que Rusia se ha convertido en el segundo país con más discos piratas del mundo, uno de cada cinco.

Con una producción clandestina de 200 millones de unidades frente a una demanda doméstica de sólo diez o doce millones, Rusia está por detrás sólo de China en este comercio electrónico ilegal.

La queja, todavía sin respuesta pública oficial, llamó además la atención sobre una lista de instalaciones electrónicas de la Defensa nacional que se dedicarían al lucrativo negocio ilegal.

Entre ellas figuraba una dirigida por Oleg Gordiiko, presidente de la comisión sobre Propiedad Intelectual de la Cámara de Comercio.

Amparados en sus medidas de seguridad y la prohibición de entrada de personal civil ajeno, esos laboratorios violarían flagrantemente la propiedad intelectual, los derecho de autor de músicos, cantantes y casas discográficas internacionales.

De acuerdo con recientes datos de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica, el mercado mundial pirata de música superó en 2001 los 1.900 millones de grabaciones, de ellos 950 millones en CD, casi el doble que el año anterior.

Las cifras sitúan a Rusia en segundo lugar en piratería de CD y en tercero en el total de venta de grabaciones ilegales, que exportó al menos a 19 países.

Después de China, donde nueve de cada diez discos vendidos son ilegales, y de Indonesia, con el 85 por ciento, el mercado interno de la música pirata en Rusia supera el 65 por ciento.

En las calles, estaciones de metro y pasos subterráneos de Moscú y otras ciudades rusas abundan tenderetes que venden la mejor música del momento o de cualquier época por sólo 80 rublos (2,70 euros).

A ello se añaden, también a precio de saldo, los videos y DVD con estrenos de películas que no han llegado a las pantallas, o juegos y programas de ordenador, o cursos de idiomas, o enciclopedias.

El Gobierno de cuando en cuando ha confiscado miles de copias de discos y las ha destruido públicamente, pero hasta el pasado junio no adoptó un nuevo reglamento que exige a los fabricantes locales la firma de un contrato con los propietarios de los derechos.

Pero como respuesta de esta "industria" a las denuncias, una de las empresas de la lista de Vershbow amenazó con querellarse contra él por injurias, y Gordiiko afirmó que detrás de todo sólo está la ambición de las discográficas de EE.UU. de "quedarse con el mercado".
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