WASHINGTON.- El Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal decidió mantener los tipos de interés para préstamos a un día en el 1,75 por ciento, su punto mínimo en 40 años.
Sin embargo, la institución indicó su disposición a reducir las tasas de corto plazo si empeoran las condiciones económicas.
"El riesgo reside en su mayor parte en las condiciones que pueda generar un debilitamiento económico", dijo el organismo.
Al mantener bajas las tasas de interés y abrir la posibilidad de cortarlas más adelante, la Reserva Federal al parecer está señalando su deseo de que aumente el gasto consumidor y que las empresas incrementen sus inversiones. Tales circunstancias ayudarían a agilizar la recuperación económica, que ha perdido ímpetu en comparación con comienzos de año.
La decisión de la institución se da en medio de gran incertidumbre económica, súbitos altibajos en la Bolsa de Valores y nerviosismo generalizado entre los norteamericanos por la salud financiera del país.
La reciente baja en la demanda de los consumidores y de las inversiones empresariales "se ha extendido en gran parte debido a la debilidad en los mercados financieros y la marcada incertidumbre en torno a la contabilidad y responsabilidad corporativa", dijo el Comité.
Desde su reunión de marzo, la Reserva Federal indicó que los riesgos económicos estaban divididos por igual entre la inflación y la posibilidad de un débil crecimiento económico, una posición "neutra" del banco.
La decisión del Comité de no alterar su tasa clave quiere decir que la tasa de interés preferencial de los bancos comerciales -un punto de referencia en muchos créditos empresariales y consumidores- seguirá siendo del 4,75%, su nivel más bajo desde noviembre de 1965.
El Comité dijo que los bajos intereses "deberían ser suficientes para fomentar a largo plazo las perspectivas económicas".
Tras iniciar el año con un buen despegue económico, un 5%, la economía estadounidense creció en el segundo trimestre a un anémico 1,1%. Además, los primeros informes sugieren que el segundo semestre de este año será igualmente decepcionante.
El sector fabril, el más castigado en la última recesión, perdió apreciablemente fuerza desde julio y las empresas apenas crearon 6.000 puestos de trabajo nuevos ese mes, lo que mantuvo el desempleo nacional en el 5,9%.