HOUSTON.- El experto en finanzas de Enron Corp., Michael Kopper, se declaró el miércoles culpable de cargos de lavado de dinero y fraude, lo que le convierte en el primer ejecutivo de la arruinada comercializadora de energía que admite haber tenido un papel delictivo en el colapso del gigante.
Con la decisión de Kopper, los fiscales federales que encabezan la amplia investigación sobre la quiebra de la empresa afianzaron las posibilidades de presentar cargos contra otros ex ejecutivos de la firma, ya que consiguieron que Kopper esté en condiciones de testificar contra varios de sus colegas.
Kopper, de 37 años, presentó su declaración de culpabilidad en una audiencia ante el juez federal Ewing Werlein de Houston, la ciudad del estado de Texas donde se encuentra la sede de Enron.
El ex ejecutivo de Enron cooperará con los fiscales como parte del acuerdo en el que aceptó declararse culpable.
Kopper era el lugarteniente del ex presidente financiero de Enron, Andrew Fastow.
Kopper ayudó a su jefe a dirigir las turbias asociaciones de Enron que permitieron a la compañía ocultar deudas, inflar sus ganancias y que, finalmente, condujeron a que se declarara en bancarrota, el 2 de diciembre del 2001.
Ahora, los fiscales parecen estar apuntando contra Fastow.
Kopper, quien vestía un traje oscuro y una corbata azul, no hizo declaraciones después de salir en libertad por el pago de una fianza de 5 millones de dólares, pero se mantuvo junto a su abogado cuando éste pidió disculpas por él a la entrada del edificio de la Corte Federal en el centro de Houston.
"Michael espera que estas acciones demuestren su profundo arrepentimiento por su propia conducta. Pide disculpas a todos aquellos cuyas vidas han sido afectadas por lo que hizo", dijo el abogado David Howard.
Kopper enfrenta ahora una pena máxima de 15 años de prisión.
El acuerdo con los fiscales obliga a Kopper a entregar 12 millones de dólares obtenidos ilegalmente a través de las asociaciones, que no fueron incluidas en los libros de la compañía.
Del total, ocho millones de dólares irán a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés) dentro de un acuerdo por separado con este organismo.
Bajo el acuerdo extrajudicial que cerró con la SEC, la cual presentó cargos civiles en contra del ejecutivo el miércoles, Kopper no podrá trabajar más como gerente o director de una compañía listada en cualquier bolsa de Estados Unidos.
El resto del dinero que devolverá Kopper irá a un fondo de restitución para las víctimas de la catástrofe de Enron, según explicó Howard, lo que incluye a ciudadanos estadounidenses y trabajadores de la empresa que tenían fuertes inversiones en acciones de la compañía a través de sus fondos de pensión.
Enron se especializaba en actividades que abarcaban desde la comercialización de energía eléctrica y de gas natural, es decir, la compra y venta de futuros de esos productos, hasta la distribución de productos y servicios financieros y administración de riesgos.
Su caso fue el primero de una serie de escándalos financieros sobre prácticas contables dudosas dentro de grandes empresas estadounidenses.
El precedente de Kopper
Con la declaración de Kopper, los fiscales federales han puesto a un ejecutivo de alto rango de la firma en una situación en la que puede declarar contra Fastow y posiblemente otros de sus superiores.
Kopper y el fiscal federal Tom Hanusik describieron tres transacciones de asociaciones realizadas al margen de los balances de Enron, a través de las cuales Kopper canalizó dinero para Fastow, para sí mismo y para otros, sin conocimiento de la compañía.
En relación con una de las asociaciones denominada ’’Southampton Place’’, Kopper describió una complicada serie de transacciones financieras que derivaron en el presunto fraude de Enron por medio de inversores externos.
’’Efectivamente, ellos canalizaron ese dinero de regreso a mí y yo procedí a dar algo de ese dinero al presidente financiero de Enron’’, dijo Kopper. ’’Nunca informamos a Enron de los préstamos que hice o de las distribuciones que conseguimos’’.
La declaración de culpabilidad de Kopper aligeraría la presión social y del Congreso en Estados Unidos para que las extensas investigaciones de Enron tengan resultados.
Los investigadores estadounidenses ya habían hecho varios arrestos de alto perfil entre varios ejecutivos de otras empresas acusadas también de irregularidades, pero todavía no habían obtenido resultados similares en el caso Enron.
La revelación de las asociaciones por parte de Enron y la consiguiente rectificación de sus resultados para incorporar las cifras que no habían sido incluidas en sus balances fueron factores determinantes en el derrumbe de la empresa.
Con la asociación denominada ’’Chewco’’, Kopper y su socio William Dodson ganaron 7 millones de dólares procedentes de Enron a partir de una inversión de 125.000 dólares.
Kopper también tuvo participación en la asociación ’’Southampton Place’’, llamada así por la elegante zona de Houston donde Kopper y Fastow tenían sus hogares.
El sistema de asociaciones fue el que, finalmente, llevó a Enron a revisar y reevaluar ganancias por 630 millones de dólares, lo que disparó una caída en espiral de Enron hasta su bancarrota.
En el expediente del proceso contra Kopper, los fiscales dijeron que tratarían de confiscar unos 123 millones de dólares de Fastow y de otros altos ejecutivos de Enron que fueron sus socios en los negocios ilegales.
También señalaron que intentarán confiscar una casa por valor de 3 millones de dólares que Fastow está construyendo en el barrio más rico de Houston, que para muchos se ha convertido en el símbolo de la avaricia y arrogancia que acabó con Enron.