WASHINGTON.- El director gerente del Fondo Monetario Internacional, Horst Koehler, dijo el viernes que recomendará al directorio del organismo que apruebe un acuerdo de transición firmado con Argentina el jueves, pero advirtió que el pacto conlleva "riesgos excepcionales" para el FMI.
"Hemos decidido recomendar la aprobación de este acuerdo como una demostración de un esfuerzo de buena fe por parte de la comunidad internacional a favor del pueblo argentino", dijo en un comunicado de prensa el jefe del organismo internacional.
Argentina anunció ayer jueves que, tras un año de arduas negociaciones, había alcanzado un acuerdo con el FMI para reprogramar vencimientos de deuda con el organismo multilateral que vencen en los próximos ocho meses.
El acuerdo está estipulado hasta agosto, cuando ya tendría que haber un nuevo presidente al frente del gobierno argentino, tras las elecciones que el país tiene previsto celebrar en abril.
Koehler señaló en el comunicado que la economía argentina se ha estabilizado de alguna forma en los últimos meses pero subrayó que aún permanece frágil.
No obstante, sobre los riesgos del acuerdo, el jefe del FMI dijo que están relacionados con la fragilidad del marco de la política macroeconómica y los desafíos políticos a la implementación, aunque no especificó con más detalle.
El Fondo aún no ha revelado los puntos exactos del acuerdo firmado con Argentina pero durante las espinosas negociaciones entre ambas partes en el último año, uno de los reclamos permanentes del organismo fue que el país mostrara un consenso político sobre un potencial pacto.
El jefe del FMI confirmó en su comunicado que el problema fundamnetal que retrasó un acuerdo con Argentina fue la dificultad para asegurar un consenso político.
Aunque ambas partes lograron ponerse de acuerdo sobre las metas económicas que deberían estar incluidas en el pacto, el país latinoamericano no lograba convencer a los técnicos del Fondo de que podría cumplir con los objetivos fiscales y monetarios.
Según el gobierno argentino, el acuerdo de ayer jueves propone una meta de superávit fiscal primario de 2,5 por ciento del PIB para este año, una inflación máxima de 35 por ciento, y un crecimiento de entre un 2 y un 3 por ciento.
Koehler pidió en el comunicado al directorio que tome "cuidadosamente" en cuenta su advertencia sobre los riesgos y su implicación para Argentina, la región, y el propio Fondo.
El director gerente suele proponer un acuerdo para que el directorio lo apruebe sólo cuando ya cuenta con la certeza de que esto va a suceder.
Durante meses, Argentina y el FMI buscaron infructuosamente ponerse de acuerdo sobre un programa a largo plazo, pero luego se conformaron con uno de transición, para que el país pudiera estar al día en sus pagos con los organismos multilaterales.
El gobierno argentino ya incumplió con sus acreedores privados a partir de enero del 2002 y el miércoles entró en cesación de pagos con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Argentina dejó de pagarle al Banco Mundial en noviembre.
Ambas instituciones congelaron sus desembolsos al país y Koehler dijo que el acuerdo transitorio provee un marco para que los organismos multilaterales apoyen los programas sociales de ese país.
Koehler reconoció también que el gobierno argentino ha asumido una serie de compromisos que si fueran implementados "consistente y creíblemente", forjarían "un puente para un programa comprensivo", o de largo plazo, que sería acordado con el próximo gobierno.
Argentina enfrenta vencimientos por 6 mil 600 millones de dólares con el FMI que se reprogramarán por períodos de entre 1 y 5 años, según fuentes del gobierno de ese país.
