SANTIAGO.- El Ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, sostuvo que para ser competitivos se requiere de una clase empresarial "pujante, emprendedora, atenta a los cambios tecnológicos y de mercados, que busca y desarrolla nuevas oportunidades", en su intervención en el seminario "Responsabilidad Social Empresarial", organizado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo(PNUD) y la fundación ProHumana.
El Secretario de Estado advirtió, sin embargo, que si ello no se logra "parte de la sociedad sentirá que son excluidos sistemáticamente de los beneficios del crecimiento económico y propenderán por la vía política a buscar participación en el crecimiento por vía redistributiva".
El titular de Hacienda señaló que sin crecimiento económico, no hay espacio para fortalecer las políticas sociales, al tiempo que enfatizó que para que exista crecimiento económico la competitividad tiene que mejorar permanentemente.
"Como Alicia en el país de las Maravillas, hay que correr para permanecer en el mismo lugar", aseguró.
A su juicio, también se requiere de un estado facilitador que no sobre regule y deje hacer todo lo que no está expresamente prohibido y "que no ahogue con impuestos".
Eyzaguirre advirtió que "en el extremo, los excluidos llegan a pensar que su progreso depende de redistribuir a su favor parte del excedente generado en el sector moderno que es capaz de crecer y está inserto en el mundo globalizado, lo que lleva a tasas de crecimiento más bajas y menor bienestar para todos".
Agregó que lo que se necesita son empresarios conscientes del conjunto de la situación socioeconómica y política y de las externalidades positivas que se generan para todos si la gente tiene un sentido de pertenencia respecto de lo que ocurre en el país.
La autoridad puntualizó además que "si queremos tener mercados laborales modernos y flexibles para poder competir y adaptarse a situaciones cambiantes, los empresarios deben convencer con hechos a los trabajadores que la adaptabilidad laboral no lleva a la precarización del trabajo, junto con capacitarlos para que puedan integrarse a las formas modernas de producción y respetar el espíritu de la legislación vigente, evitando abusos del sistema que se traducen en una percepción de corrupción, deslegitimando el papel de la empresa privada en la sociedad".
Asimismo, enfatizó que se requiere "evitar el abuso del sistema tributario y de los incentivos tributarios que el estado ofrece para la inversión", asegurando que "los recursos generados para ampliar la capacidad productiva no se destinen al consumo".
Al respecto, afirmó que "el Gobierno no desea imponer un sistema regulado con ejércitos de supervisores, pero las presiones sociales y políticas se harán insostenibles si los mismos empresarios no actúan con transparencia y honestidad en esta materia, de la misma forma que correctamente se le exige al Estado".