TOKIO.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) entregó este miércoles a Japón una lista de drásticas recetas para que repare su debilitada economía, y dijo al gobierno que debe acelerar las reformas, subir los impuestos y recortar los gastos para controlar su inmensa carga de deuda.
El organismo, que describió el panorama de la segunda economía del mundo como uno de continuo crecimiento lento y deflación afianzada, dijo que aunque se ha logrado cierto avance en algunas áreas, ha llegado el momento de que Japón adopte medidas enérgicas.
"Esta estrategia no será fácil de seguir y exige alternativas drásticas, además de que puede tener costos económicos a corto plazo", dijo la primera subdirectora gerente del FMI, Anne Krueger, en una conferencia de prensa en Tokio.
"Pero, según nuestro punto de vista (la estrategia) ofrece la mejor posibilidad de restablecer la vitalidad económica en Japón", dijo Krueger al concluir la revisión anual por parte del Fondo de la economía japonesa.
Krueger advirtió a Japón que no hay que manipular los tipos de cambio como una medida rápida de alivio para sus exportadores, el único sector fuerte de la economía, cuyo reciente repunte se ha visto amenazado por la desaceleración en los principales mercados y la fortaleza del yen que encarece los bienes japoneses.
"Nosotros instaríamos a que se ejerciera cautela extrema al utilizar el tipo de cambio como un instrumento de política", dijo Krueger. "El tipo de cambio debería ser el resultado de las fuerzas del mercado más que de cualquier política".
"Creo que la experiencia en general entre los miembros del FMI es que utilizar o tratar de utilizar el tipo de cambio como un instrumento de política muy rara vez puede lograr resultados", añadió.
El Fondo se une a una larga lista de instituciones, analistas y otros expertos que han instado a Japón a adoptar medidas más estrictas frente a su economía, estancada por más de 10 años y afectada por la continua caída de los precios y el constante debilitamiento de la demanda interna.
El crecimiento económico se desaceleró a cero en el primer trimestre del año, y una reciente encuesta entre instituciones financieras locales hecha por periodistas de Reuters reveló que muchos ven que Japón este año caerá en recesión, definida como dos trimestres consecutivos de contracción.
El mes pasado el gobierno salió al rescate de uno de los principales bancos del país en medio de crecientes preocupaciones sobre la salud del sistema financiero.
Aunque es dura, la receta del FMI es un eco de la línea reformista del Primer Ministro Junichiro Koizumi.
Koizumi prometió un cambio radical en la economía cuando asumió su cargo, pero sus esfuerzos han sido frustados en medio de la oposición de los conservadores en su coalición de gobierno, quienes temen a las posibles consecuencias sociales de las reformas.
Entre las medidas que el FMI recomendó, está el establecimiento de una meta de inflación y la compra de una variedad más amplia de activos, incluyendo activos extranjeros, por parte del Banco de Japón, para ayudar a combatir la deflación.
Estas dos recomendaciones ya han sido objeto de fuertes debates en Japón y el Banco estatal ha preferido mantener cautela.
La creciente deuda pública japonesa, que se acerca a un 150 por ciento de su producto interno bruto, y que es la mayor entre las economías desarrolladas, es un "motivo de gran preocupación", dijo Krueger.
La funcionaria recomendó un recorte en los gastos, subir los impuestos y reformar el sistema de seguridad social para restablecer la sustentabilidad fiscal.