LUXEMBURGO.- Los ministros de Agricultura de la Unión Europea (UE) acordaron este jueves reformar la política agrícola común (PAC) manteniendo los cerca de 43.000 millones de euros anuales de subsidios, pero reorientándolos a partir de 2005 hacia una agricultura de calidad y respetuosa del medio ambiente en detrimento de la producción intensiva.
Después de tres intentos de llegar a un acuerdo en las últimas tres semanas, los ministros de Agricultura adoptaron por fin la reforma de las ayudas que destina la UE a sus agricultores desde los años 60, que suponen casi la mitad del presupuesto común europeo.
"Es una decisión histórica para el futuro de la agricultura y de los agricultores europeos y refuerza la posición de la UE en las difíciles negociaciones" en la Organización Mundial del Comercio (OMC) de septiembre en Cancún (México), declaró el ministro griego, Georgios Drys, cuyo país ejerce la presidencia de la UE.
La decisión fue tomada "por muy amplia mayoría" con base en una propuesta de compromiso presentada por la Comisión Europea y la presidencia de la UE a la que sólo Portugal hizo objeciones por estimar que los productores de leche de las islas Azores sufrirán pérdidas.
Para el comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler, con esta reforma, en la línea de las aplicadas por la UE en la década de los 90 para frenar la agricultura intensiva hacia los cultivos extensivos, la PAC "cambiará de manera fundamental" y se enviará "un mensaje muy claro al resto del mundo".
La reforma reorientará en parte las ayudas dirigidas hasta ahora a incitar la producción hacia la promoción del desarrollo rural cuidando la calidad de los cultivos, el medio ambiente y la salud animal condicionando las ayudas a una serie de normas.
Estas medidas, que se toman después de las crisis de la vaca loca y la aftosa sufridas en la UE en la pasada década, evitarían la superproducción y provocarían una bajada de la producción.
La nueva PAC también reducirá los precios de intervención de los lácteos con que la UE sostiene a los agricultores, aunque mantendrá estos precios para los cereales por la oposición manifestada por Francia y España, principalmente.
El ministro francés de Agricultura, Hervé Gaymard, saludó el acuerdo asegurando que "satisface a Francia (....) teniendo en cuenta la diversidad de intereses y la dureza de las propuestas iniciales y de algunos de los países miembros".
Tanto el francés como su homólogo español, Miguel Arias Cañete, saludaron el mantenimiento de los precios de intervención de los cereales con que la UE apoya a los agricultores, que la Comisión Europea quería recortar, y que la reorientación de las ayudas al fomento de la producción cerealera hacia el desarrollo rural será sólo parcial.
El acuerdo "evita que partes de nuestro territorio queden desheredadas", aseguró el francés, mientras que el español indicó que permitirá "el mantenimiento de la actividad agraria en España" frente al temor de que una reforma radical dejara desprotegidas a algunas regiones españolas.
Además, "los 9.200 millones de euros que llegan anualmente a Francia seguirán llegando", recalcó el ministro. Francia es el país de la UE que más ayudas recibe del presupuesto europeo de la PAC, seguido por España.
La ministra alemana, Renate Künast, calificó la reforma de "gran éxito" porque "crea las condiciones para una economía agrícola sostenible, mejorando el medio ambiente y la protección de los animales", "transfiere dinero a la economía rural" y "refuerza la posición de la UE para negociar en la OMC en Cancún".
La británica Margaret Beckett estimó que la reforma era "esencial" antes de la cita ministerial de la OMC en Cancún.
