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CNC: un 2,4% habría crecido la actividad económica en junio

La Cámara Nacional de Comercio proyectó un crecimiento de 2,5% para el trimestre junio – agosto.Se mantienen las expectativas de finalizar el año con una tasa en torno al 3%.

14 de Agosto de 2003 | 10:02 | El Mercurio en Internet
SANTIAGO.- Un 2,5% habría crecido la economía nacional en el trimestre junio-agosto, respecto a igual período del año anterior, según el Indice de Proyección de la Actividad Económica (ex Iliacec) de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile.

Las estimaciones de la CNC indican que junio habría marcado un crecimiento de 2,4% para junio, respecto de igual mes del 2002. En tanto el crecimiento para julio se habría ubicado en un 2,3%, mientras que en agosto debería situarse en torno al 2,7%. Estas proyecciones del trimestre confirman la debilidad que se observa a partir de abril con variaciones anuales por debajo del 3%. Así el segundo trimestre habría cerrado con un incremento de un 2,5%, anticipándose para el tercero un nivel también inferior al 3%, lo que constata la desaceleración en el ritmo de crecimiento respecto del primer trimestre, que alcanzó un aumento del 3,5%.

El ritmo decreciente de la economía puede estar influida por diversos factores, entre ellos está el estadístico, considerando que con una tendencia creciente en el 2002 el primer trimestre fue el de más bajo crecimiento del período (1,3%). Otro factor que podría haber incidido es el alza estacional en la tasa de desempleo, que afecta el consumo. También habría afectado las expectativas que generó el debate impositivo con lo cual no se descarta que el alza del IVA impactará el consumo, y por consiguiente la demanda.

Respecto del escenario internacional, éste pareciera relativamente más favorable, debido a las mejores perspectivas para Estados Unidos, por lo que debiera acelerarse el crecimiento interno en la última parte del año para finalizar con una tasa en torno al 3%.

Variaciones mensuales

JUNIO 2003

En junio del 2003, el producto interno bruto habría crecido en un 2,4% respecto de igual mes del 2002, cifra levemente inferior a la de mayo (2,5%), teniendo ambos meses bases de comparación similares, ya que en junio del 2002, la actividad global creció en 0,8% anual, habiéndolo hecho en un 1% anual en mayo.

Durante este mes cayeron tanto las importaciones (-4,7%), que mostraron una contracción generalizada en términos del tipo de bienes, como las exportaciones (-1,2%). Por otra parte, las ventas minoristas desaceleraron fuertemente su ritmo, al crecer sólo en un 0,3%. También se registró un menor nivel de expansión en la producción industrial (2,2%), aunque las ventas industriales aumentaron mantuvieron su nivel (3,1%). Dentro de este panorama restrictivo destacó la producción minera, que creció en un 10,2% anual, impulsada por la mayor producción de cobre (11,2%). Asimismo, la generación de energía eléctrica, que si bien bajó en algo su ritmo, mantuvo altas tasas de crecimiento, al alcanzar a un 6% anual.

JULIO 2003

En julio del 2003, la actividad global se habría expandido en un 2,3% respecto de igual mes del 2002, cifra levemente inferior a la prevista para junio (2,4%), lo que indica que continuaría desacelerándose el ritmo de crecimiento. En este caso, el factor estadístico era más exigente, por cuanto en julio del 2002 la actividad global aumentó en un 2,5%.

AGOSTO 2003

La tendencia anticipa que en agosto del 2003 la economía crecería en 2,7% respecto de igual mes del 2002, resultado que aunque superior al estimado para julio (2,3%), sigue siendo inferior al 3%. No obstante, cabe tener en cuenta que a pesar de que la base de comparación era menor, considerando que en agosto del 2002 el producto interno aumentó en un 1,9% anual, este mes cuenta con un día hábil menos que el año anterior, lo que le resta actividad. Esta trayectoria indicaría que la debilidad persistiría en el tercer trimestre, en parte asociada a la mayor tasa de desocupación que se registra habitualmente en este período.

Por tanto, la tendencia está demostrando que la recuperación será moderada, no estando plenamente consolidada, pues todavía se notan signos de fragilidad en la demanda, especialmente en la inversión.

En este contexto, las expectativas son muy relevantes, las que se han visto deterioradas por el alza del IVA, que se suma a los aumentos que se han registrado desde 1990, existiendo entre los agentes la percepción de que el incremento impositivo es una constante en el país. Ello genera incertidumbre, afecta la disponibilidad de recursos y, por consiguiente, el consumo y la inversión, lo que en definitiva se traduce en menor capacidad productiva y menores tasas de crecimiento en el largo plazo.

Un factor clave para acelerar el crecimiento y mejorar las expectativas es no seguir limitando el espacio del sector privado, aumentando la carga tributaria. Los ajustes necesarios para el equilibrio fiscal deberían centrarse en el gasto público, a través de una mejor focalización y una mayor eficiencia en la utilización de los recursos.

Asimismo, es indispensable la estabilidad de las políticas y la flexibilización de los mercados, especialmente el laboral, que tiendan a mejorar las expectativas y aumentar la competitividad y el ahorro e inversión, estimulando la creación de más empleo. También se requiere disminuir las excesivas regulaciones y modernizar el Estado, de manera de contar con servicios públicos eficientes y profesionales, lo que contribuiría a una gestión más ágil y dinámica, a la vez, que implicaría menores costos para el sector productivo.
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