WASHINGTON.- El FMI calificó de "lamentable" el atraso de Argentina en un pago de 3.000 millones de dólares al instituto, pero afirmó que las negociaciones continúan activamente y manifestó la esperanza de que un acuerdo podrá ser anunciado en las próximas horas.
Thomas Dawson, portavoz del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington, dijo que una misión sigue negociando con las autoridades en Buenos Aires, y un acuerdo puede ser inminente.
"Ellos están inmersos en discusiones activas, y no me sorprendería si tenemos algo que decir más tarde’’ este mismo miércoles, dijo Dawson.
Argentina entró la noche del martes en atraso de pagos con el FMI, al no cancelar un vencimiento impostergable de unos 3.000 millones de dólares, confirmó el vocero.
Argentina ya estaba en moratoria con acreedores privados desde diciembre del 2001, cuando suspendió el servicio de bonos por un valor nominal de unos 90.000 millones de dólares.
El atraso con el FMI "es lamentable", pero el instituto "entiende la difícil situación, y las difíciles negociaciones que están en marcha, y esperamos que esto pueda ser resuelto prontamente", declaró Dawson.
Expertos y ex funcionarios del FMI dijeron que el atraso tendrá pocas o ninguna consecuencia negativa para Argentina, siempre que la situación sea superada en cuestión de días.
Dawson rehusó firmemente discutir detalles de la negociación en marcha, limitándose a reiterar que el FMI "espera que las cosas se resuelvan prontamente".
Indicó que los miembros de la junta de directores del FMI son mantenidos al corriente de la negociación, y seguramente discutirán el asunto en su próxima reunión "debido a la importancia del caso".
Argentina está negociando con el FMI un acuerdo mediante el cual la institución respaldaría el programa económico del gobierno argentino durante los próximos tres años, otorgándole créditos por un monto de unos 15.000 millones de dólares, correspondientes a los pagos que Buenos Aires debe hacer al instituto en ese período.
Dawson enfatizó, sin embargo, que el directorio del FMI no puede aprobar el acuerdo antes de que Argentina se ponga al día en sus pagos.
El ministro argentino de Economía, en declaraciones a un diario español, dijo que el acuerdo con el FMI estaba "casi cerrado" el sábado pasado, pero los negociadores del instituto se presentaron con nuevos cambios el domingo, que dificultaron más las cosas.
Según fuentes del gobierno argentino, las últimas dificultades que estaban siendo negociadas se referían a las metas de superávit fiscal primario para el segundo y tercer año del acuerdo, las tarifas de los servicios públicos privatizados, y la compensación a los bancos perjudicados por la devaluación de la moneda en el 2002.
De acuerdo con dichas fuentes, Buenos Aires aceptó fijar como meta fiscal para el año 2004 un superávit primario equivalente a 3% del Producto Interno Bruto (PIB), a fin de reservar fondos para el servicio de su deuda, pero rechazó exigencias del FMI de elevar el superávit gradualmente hasta 4,5% en los años subsiguientes.
Michael Mussa, ex economista jefe del FMI, opinó el martes que la posición de Buenos Aires sugiere un juego político encaminado a obtener el trato más favorable que sea posible en su próxima negociación con los tenedores de bonos.
"Yo pienso que los argentinos están jugando un juego político, para tratar de reducir al mínimo posible el monto que en última instancia tendrán que pagar a sus acreedores extranjeros", dijo Mussa.