WASHINGTON.- La Casa Blanca anunció hoy la creación de un equipo especial en el Departamento de Comercio para luchar contra las prácticas comerciales "injustas" y combatir la pérdida de empleos en EE.UU. derivada de la mayor apertura comercial en el mundo.
La medida forma parte de una iniciativa del gobierno de Washington para frenar la constante pérdida de puestos de trabajo que ha sufrido el sector manufacturero de EE.UU., que desde julio del año 2000 ha visto como se evaporaban 2,7 millones de empleos en todo el país.
Durante un discurso ante el Club Económico de Detroit (Michigan), el secretario de Comercio, Donald Evans, expresó la preocupación de la administración del presidente George W. Bush por esta situación y apuntó a China como la principal causante de este problema.
"Ningún país suscita más atención como fuente de preocupación que China", dijo Evans, quien enunció las principales quejas que han presentado ante su Departamento los representantes del sector.
El secretario destacó las quejas por "la piratería rampante de la propiedad intelectual, la transferencia forzada de tecnología de firmas que ponen en marcha empresas conjuntas en China y los mercados de capital aislados de las presiones del mercado libre".
Evans puso el ejemplo de Wrigley, compañía que controla el 70 por ciento del mercado chino de la goma de mascar, y que ha denunciado que las autoridades chinas hacen la vista gorda a los "piratas" que se han apropiado ilegalmente en algunas zonas de los derechos de autor de la firma.
El funcionario estadounidense acusó abiertamente al Gobierno de Pekín de no cumplir los compromisos que adquirió cuando se incorporó a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001, y aseguró que Washington "trabajará para asegurarse de que se cumple lo pactado".
Los representantes del sector manufacturero estadounidense se han quejado también repetidamente de que China mantiene artificialmente devaluada su moneda -hasta un 40 por ciento- para encarecer el costo de los productos de EE.UU. en el mercado chino y de otros países.
El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, dijo que el Gobierno sabe de los problemas del sector y subrayó que "tenemos que abrir los mercados para expandir el libre comercio y reforzar las leyes internacionales para garantizar un comercio libre".
El nivel de desempleo en EE.UU., por encima del 6 por ciento y en sus cifras más altas en casi una década, han encendido la luz de alarma en la Casa Blanca, que reconoce la decisiva influencia que la marcha de la economía puede tener en las elecciones de 2004.
Los últimos sondeos de opinión apuntan a que los estadounidenses suspenden al presidente Bush en su gestión económica.