BUENOS AIRES.- Las autoridades sanitarias de Argentina han sacrificado en las últimas horas a unos 800 vacunos en la provincia de Corrientes (nordeste), en un intento por controlar el brote de fiebre aftosa que fue detectado hace una semana y que provocó el cierre preventivo de once mercados de exportación.
Los animales constituían el núcleo enfermo de 234 cabezas del ganado donde se detectó el brote, a los que se sumaron 570 que, por su proximidad, se consideraron con alto riesgo de que se hubieran contagiado.
En tanto, siguen bajo observación en cuarentena el resto de los 3.067 animales del establecimiento San Juan, epicentro del operativo, y el ganado de los campos vecinos, mientras se mantiene bloqueado todo movimiento de animales en la zona.
"Entre la noche del viernes y el mediodía del sábado, el Servicio de Sanidad sacrificó 234 animales, de los cuales 217 pertenecían a la estancia San Juan, donde se localizó el foco, y los otros 17 a un establecimiento vecino", explicó a la prensa local Oscar Otero Torres, presidente de la Fundación Corrientes de Sanidad Animal, formada por ganaderos.
El dirigente informó que sobre estos animales, que se constataron enfermos, se aplicó el "rifle sanitario", que consiste en matarlos y enterrarlos en el lugar rociados de cal, para evitar el riesgo de esparcir el virus.
Enrique Arzuaga, coordinador provincial del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), informó que la misma medida se aplicó este domingo a otros 570 vacunos de la estancia en cuestión.
"Se decidió utilizar el rifle con los animales vecinos a los que estuvieron infectados. Sobre el resto de los animales bajo sospecha, todavía no se sabe qué hacer, hasta que tengamos el veredicto de nuestro epidemiólogo. Podrían ir a faena sanitaria o usarse de nuevo el rifle", explicó Arzuaga.
La "faena sanitaria" permite salvar la carne del animal sacrificado, del que en cambio se eliminan cuidadosamente los huesos, donde puede alojarse el virus en cierta etapa de la enfermedad.
El establecimiento afectado es propiedad de José Romero Brisco, hijo del ex gobernador de Corrientes, José Romero Feris, y está ubicado a 20 kilómetros de la localidad correntina de San Luis del Palmar, a mil kilómetros al norte de Buenos Aires y cerca de la frontera con Paraguay.
En tanto, las autoridades tratan de establecer el origen del contagio, que sorprendió por tratarse de un ganado vacunado.
Algunas de las hipótesis que se investigan apuntan a la posibilidad de un contrabando de ganado desde países vecinos que tienen aftosa y a un eventual deterioro de la vacuna empleada por rotura de la cadena de frío necesaria para conservarla.
El Senasa investiga el ADN de los animales enfermos para establecer con precisión su procedencia y estudia los recientes movimientos de ganado en la zona.
Estimaciones privadas indican que Argentina puede perder por este episodio 20% de sus exportaciones de carne, que anualmente representan 1.400 millones de dólares.