LA PAZ.- El Lloyd Aéreo Boliviano (LAB), principal empresa de aviación comercial del país, se quedó sin ejecutivos, administrado por una secretaría sin facultades ni poderes para tomar decisiones y en riesgo de perder su licencia de operaciones.
La crisis, que comenzó a fines del año pasado, se agudizó al entrar en vigencia la suspensión por tres meses que impuso la Superintendencia de Empresas al presidente de la compañía, Ernesto Asbún, y a su gerente de Finanzas, Carlos Di Marchi, por no presentar balances financieros de los ejercicios 2004 y 2005.
El vicepresidente, Javier Jiménez, renunció el sábado a raíz de una golpiza que le propinaron los trabajadores de la compañía tras fracasar una negociación para el pago de seis meses de salarios atrasados.
Jiménez ofreció saldar la deuda con acciones de la compañía, propuesta que originó la intempestiva reacción de los trabajadores.
Dos días antes, había renunciado el gerente general de la compañía, Marcelo Zabalaga.
Roberto Lobo, encargado de las relaciones con las autoridades aeronáuticas, aseguró que los aviones de LAB siguen volando con "normalidad" porque los pagos por operaciones de vuelo, combustible y otros insumos los cancela el personal subalterno de la gerencia administrativa, según informó Ansa Latina.
