NUEVA YORK- Durante décadas, los aviones de Airbus y Boeing dominaron el aire. Ahora, por primera vez están asomando competidores que deben ser tomados en serio. Empresas de países como China, Rusia y Canadá se preparan para luchar contra los gigantes de Europa y Estados Unidos.
De pronto un puñado de nuevos fabricantes llega al mercado. "No podemos cometer el error de subestimarlos", dijo el presidente de Airbus Thomas Enders recientemente en una entrevista.
En diez años, el duopolio habrá desaparecido y habrá nuevos competidores.
Ante todo los chinos trabajan fervientemente para romper el predominio europeo-estadounidense y atacan a los modelos que más ganancias reportan a Airbus y Boeing. Se trata de los aviones para los trayectos nacionales y de media distancia. Para ellos, Boeing tiene los 737 y Airbus la familia de los A320.
Entre dos tercios y tres cuartos de los aviones pedidos son, en general, de estos modelos.
El aspirante chino se llama Comac C919, que todavía sólo existe como prototipo. Está previsto que para el año 2016 se entreguen los primeros ejemplares. Su fabricante, la empresa estatal Commercial Aircraft Corporation ya tiene cien encargos, si bien la totalidad son del propio país emergente.
Boeing estima que China necesitará en las dos próximas décadas 4.330 aviones nuevos, por un valor de unos 480.000 millones de dólares. Sólo en Estados Unidos la demanda es mayor.
"China es uno los mercados de aviación que crecen más rápido en el mundo", afirma el vicepresidente de Marketing de Boeing, Randy Tinseth.
Airbus ya cuenta con su propia fábrica de montaje en China. "No vamos a beneficiarnos automáticamente", indicó Enders. "Debemos desarrollar nuestra presencia en los mercados emergentes, tanto en lo que se refiere el planeamiento de proyectos como a la producción".
En total, según estima Boeing, en los próximos 20 años se venderán 30.900 en todo el mundo. Airbus pronostica una demanda de 25.850 aeronaves, pero cree que ésta podrías ser incluso mayor.
"Claramente hay espacio para nosotros para crecer. Hay espacio para Airbus para crecer", opina Tinseth, que ya tiene en cuenta a los nuevos rivales. "Y seguro que hay espacio para uno o varios competidores".
Según los pronósticos, las aerolíneas gastarán entre 3,2 y 3,6 billones de dólares para las nuevas adquisiciones.
Este negocio no sólo lo quieren aprovechar los chinos. Prácticamente pasando desapercibidas por la opinión pública, desde hace tiempo surcan los cielos aviones fabricados por la empresa brasileña Embraer y la canadiense Bombardier.
Ambos fabrican jets regionales que pueden transportar hasta unos 120 pasajeros.
Con su nueva serie C, Bombardier quiere alcanzar a partir de 2013 la clase Boeing y Airbus. El avión tendrá hasta 149 asientos.
También Japón y Rusia tienen ambiciones en este sector. Mitsubishi Heavy Industries construye un pequeño jet de pasajeros, mientras que Rusia apuesta al Superjet 100, el primer avión desarrollado tras la caída de la Unión Soviética y producido en serie.
Recientemente, el primer ministro ruso Vladimir Putin se vanaglorió porque Italia tiene previsto comprar "una cantidad realmente grande" del jet regional.
En 2016, Rusia ofrecerá también el MS-21, un avión para transportar más de 200 pasajeros, lo que constituye un reto para Airbus y Boeing.
Airbus reaccionó con una modernización de su familia A320. Nuevas turbinas y la incorporación de "winglets" en los extremos de las alas reducirán el consumo de combustible en hasta un 15 por ciento.
Los Boeing 737 ya poseen los "winglets" y los estadounidenses renunciarán por el momento a incluir turbinas nuevas. En cambio, se encuentra en discusión un modelo sucesor totalmente nuevo. Pero su desarrollo podría estar finalizado sólo en la próxima década, al igual que en el caso de Airbus, lo que ofrece tiempo suficiente a chinos, rusos y otros para posicionarse en el aire.