VIENA.- El devastador terremoto vivido el viernes en Japón ha añadido otro factor de incertidumbre en los mercados, que reaccionaron momentáneamente con una baja de los precios tras el desastre ocurrido en el tercer consumidor mundial de petróleo.
El petróleo de Texas cerraba ayer en Nueva York su cuarta jornada consecutiva de descensos y caía un 1,49% para terminar a 101,16 dólares por barril, un 4,06% menos que el lunes, influido por el terremoto de 8,9 grados en la escala de Richter y el destructor "tsunami” posterior que afectó a la costa oriental nipona.
También el crudo Brent, de referencia en Europa, sufrió un descenso muy esperado por los consumidores de combustibles, que han visto subir de manera alarmante los precios en las gasolineras, para cerrar la semana a 113,8 dólares, un 2,9% menos que el lunes.
Sólo el precio de la cesta de 12 calidades de la OPEP cerró el viernes algo por encima del lunes, a 110,56 dólares, un 1% más.
Los operadores están muy atentos a los informes sobre los daños sufridos por la economía nipona, incluido el posible cierre de varias centrales nucleares, tras los daños registrados en la planta Daiichi 1 de Fukushima , donde podría haberse producirse una fusión total de uno de sus reactores.
La crítica situación en Libia, el noveno productor de la OPEP antes de la reciente rebelión popular, que había ejercido una presión alcista de los precios, tampoco pudo detener la bajada de la cotización, pese a que las fuerzas leales al líder Muamar el Gadafi han destruido varias instalaciones petroleras.
Los puertos libios de Marsa el-Brega y Zueitlina están actualmente cerrados para la exportación petrolera y otros tienen los depósitos vacíos con lo que los tanques petroleros no pueden cargar, según la consultora KBC.
Agregó que la producción actual de Libia puede estar en unos 870.000 barriles por día (bd), algo más de la mitad de lo que bombeaba este miembro de la OPEP antes de la rebelión contra Gadafi.
La inquietante situación política en Araba Saudí, primer productor mundial de petróleo, donde las manifestaciones hostiles a la monarquía wahabita Saud parecen tomar cada día más fuerza, han creado aún más incógnitas sobre la estabilidad en los países árabes productores de crudo.
Además, el sorprendente anuncio de que China acusó en febrero un déficit en su balanza comercial, creando temores sobre el estado real de la segunda economía mundial, y la calificación a la baja de la deuda soberana de España y Grecia por la agencia Moody's asestaron otro golpe a la confianza de los consumidores.
Por su parte, la OPEP anunció el viernes en su informe mensual que su capacidad excedentaria de bombear crudo ha aumentado hasta rozar los 6 millones de barriles diarios (mbd), constituyéndose en una amplia reserva para compensar cortes de suministros.