WASHINGTON.- La Reserva Federal de Estados Unidos inició el martes su reunión de política monetaria de un día, para la cual se espera que deje sin cambios su política monetaria pese al alza de precios del crudo y la incertidumbre por el devastador terremoto en Japón.
El peor terremoto registrado en Japón, la tercera mayor economía mundial, podría tener un gran efecto paralizador en la recuperación global. Pero al desconocerse el nivel del impacto, economistas sugieren que lo mejor que podrían hacer los consejeros de la Fed es no tomar ninguna medida.
Incluso antes de la tragedia, el banco central estadounidense enfrentaba muchas señales confusas.
Por ejemplo, los altos costos de la energía parecían aumentar las expectativas inflacionarias en Estados Unidos, los primeros indicios de una sicosis inflacionaria que la Fed es reacia a seguir.
"Es muy delicado porque hablar de un aumento (en las expectativas) sería una medida significativa en una dirección alcista (de tasas)", indicó Andrew Tilton, economista de Goldman Sachs.
Al mismo tiempo, no reconocer el reciente repunte de indicadores comerciales y encuestas de consumidores podría hacer parecer a la Fed desfasada, erosionando sus credenciales de combate a la inflación.
En un comunicado esta tarde, los consejeros de la Fed probablemente aplaudan la reciente mejora en la economía evitando cualquier sugerencia de reducir un programa de compra de bonos de 600.000 millones de dólares anunciado en noviembre.
Las autoridades de la Fed probablemente mejorarán su evaluación de las condiciones económicas y enfatizarán lo lejos que está el banco central de sus metas de inflación y desempleo.
Desde la última reunión de la Fed en enero, la economía estadounidense ha seguido mostrando señales prometedoras. La tasa de desempleo del país cayó rápidamente a un 8,9 por ciento en febrero desde el 9,8 por ciento de noviembre.
No obstante, el ritmo de contrataciones sugiere que los avances serán dolorosamente lentos para los más de ocho millones de estadounidenses que perdieron sus empleos durante la crisis económica del 2007 al 2009.
Al mismo tiempo, los mayores costos en la gasolina generaron nuevos temores entre los consumidores, un fuerte golpe a la confianza que eleva las preocupaciones sobre si se podrá sostener el reciente impulso del gasto de los consumidores.
La economía estadounidense se expandió a una tasa anual del 2,8 por ciento en el cuarto trimestre, un desempeño considerable, pero que se percibe como no lo suficientemente rápido como para restablecer completamente la salud del mercado laboral lo antes posible.
Algunos economistas creían que el crecimiento podría llegar al 4 por ciento este trimestre, pero han recortado sus proyecciones, en parte a causa de una inesperada ampliación del déficit comercial estadounidense.