LONDRES.- La crisis nuclear que se ha desatado en Japón tras el terremoto y el tsunami registrados el pasado viernes en el país podría tener consecuencias "de gran alcance" para los operadores de centrales nucleares europeas y para el mercado eléctrico en general, según un informe de Standard & Poor's (S&P).
El analista de S&P, Andreas Kindahl, considera que la situación que se vive actualmente en la planta de Fukushima es posible que se convierta en un acontecimiento que "cambie las reglas del juego" en los mercados energéticos europeos y entre las compañías que operan en ellos.
La agencia cree que las consecuencias a corto plazo serán limitadas para la calidad del crédito de las operadoras nucleares europeas en general, excepto en el caso de las alemanas, donde serán "ligeramente negativas" tras la decisión del Gobierno de suspender las operaciones en siete plantas del país.
En este sentido, el informe explica que los efectos negativos en el corto plazo se limitarán a potenciales pérdidas en los acuerdos de cobertura y a unos menores márgenes de beneficios en 2011. Esto se debe a que las compañías están casi totalmente cubiertas ante unos niveles más bajos de los precios de la energía y a que podrían tener que comprar o producir electricidad, lo que es más caro que tener la producción nuclear fuera de servicio.
Sin embargo, añade que las consecuencias en el medio y en el largo plazo podrían ser mayores, dependiendo de las repercusiones que el desastre en Japón tenga en las políticas energéticas europeas en general y en las relacionadas con la energía nuclear en particular.
En este sentido, explica que cualquier decisión de restringir la contribución de la energía nuclear al suministro eléctrico en Europa podría llevar a unas aún mayores necesidades de inversión en fuentes de energía renovable, principalmente en la eólica y la hidráulica, en caso de que los políticos quieran cumplir sus objetivos relativos al cambio climático.
Kindhal subraya que las compañías que cuentan con una mayor presencia de energía nuclear en su cartera tendrían entonces que considerar acelerar sus planes de inversión para sustituir sus capacidades de forma gradual. "Esto podría presionar la rentabilidad de muchas de las grandes empresas históricas porque una parte significativa de sus beneficios procede actualmente de la producción nuclear de bajo coste", agrega.