BRUSELAS.- Los líderes de la Unión Europea acordaron ampliar la capacidad efectiva de su fondo de rescate hasta 440.000 millones de euros en junio, pero evitaron tratar el espinoso asunto de Portugal, presionado para que pida asistencia tras la dimisión de su primer ministro.
Después de decir hace dos semanas que acordarían un "paquete comprehensivo" para afrontar la crisis de la deuda en la zona euro, los 27 líderes acabaron retrasando la decisión final de incrementar su red de seguridad hasta mediados de año.
El acuerdo, alcanzado en la noche del jueves, el primer día del Consejo Europeo de primavera que se celebra en Bruselas, fue alabado como un gran logro por el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, aunque la preocupación sobre la crisis política portuguesa ensombreció la cumbre.
El primer ministro luso, José Sócrates, presentó su dimisión el miércoles después de que el Parlamento de Lisboa rechazara nuevas medidas de austeridad con las que se esperaba que el país evitara ser el siguiente, tras Grecia e Irlanda, en tener que pedir la asistencia financiera de la UE y el Fondo Monetario Internacional.
Este es el segundo líder del bloque en caer víctima de la crisis de la deuda soberana, después de que el irlandés Brian Cowen tuviera que dejar el poder.
A pesar de su dimisión, Sócrates viajó a Bruselas y fue saludado calurosamente por sus colegas, según diplomáticos. Sin embargo, se resistió a la presión de sus homólogos de pedir el rescate y dejó claro que mantendrá esta posición, al menos hasta que se forme un nuevo Gobierno, algo que ocurriría probablemente después de elecciones anticipadas en unos dos meses.
Las agencias de calificación Fitch y Standard & Poor’s rebajaron sus notas a Portugal y advirtieron de más recortes a corto y mediano plazo.
El presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, dijo a la prensa al dejar la cumbre que es decisivo que Portugal mantenga las medidas de austeridad propuestas por Sócrates.
Diplomáticos europeos dijeron que el dirigente socialista garantizó en privado a los otros líderes europeos que el Gobierno que surja de las elecciones seguirá con el programa de austeridad.
La situación de Portugal pone de manifiesto la importancia de los obstáculos políticos que afronta el grupo de países de la moneda única para resolver la crisis de la deuda, que se ha profundizado en el último año.
Hace sólo unos días se esperaba que la cumbre acordara un amplio plan que calmara a los mercados financieros, pero las decisiones del jueves no estuvieron a la altura de lo que esperaban algunos inversores.
Altos funcionarios de la zona euro dijeron que Portugal necesitará probablemente entre 60 y 80.000 millones de euros en ayuda del fondo de rescate europeo y el FMI. Aún no han empezado las negociaciones, que de todos modos tendrán que esperar a que se forme un nuevo Gobierno.