LONDRES.- La petrolera británica BP se enfrentó este jueves a las protestas de pescadores indignados y a sus accionistas reunidos en asamblea general en Londres por primera vez desde el vertido de crudo del golfo de México hace casi un año, que hundió la cotización de la empresa en Bolsa.
Mientras el consejero delegado, Bob Dudley, y los otros dirigentes del grupo encaraban a los inversores en el centro de convenciones ExCel, un centenar de de personas expresaba su ira en el exterior contra los responsables de una de las peores catástrofes ecológicas de la historia de Estados Unidos.
"Mi comunidad está muerta. Hemos trabajado cinco generaciones y ahora tenemos una comunidad muerta. Estoy furiosa, llevo mucho tiempo furiosa", dijo la texana Diane Wilson, una de las portavoces de un grupo de pescadores llegados de varios estados estadounidenses afectados.
BP aceptó el año pasado crear un fondo de 30.000 millones de dólares para indemnizar a las víctimas del vertido ocasionado por la explosión de la plataforma Deepwater Horizon el 20 de abril, equivalente a unos 4,9 millones de barriles.
Los manifestantes, que trataron de entrar en vano en el edificio donde se celebraba la junta, denunciaron sin embargo que muchas de las demandas de compensación -evaluadas en unas 130.000- no han sido todavía procesadas.
"Estoy aquí porque el proceso de reclamaciones ha fallado para las comunidades pesqueras", declaró el presidente de la asociación de ostricultores de Luisiana, Byron Encalade. "Sólo queremos saber donde fue todo ese dinero. Debería ser para nosotros", agregó.
El coste astronómico de la marea negra, estimado en más de US$ 40.000 millones, llevó a BP a anunciar su primera pérdida neta anual (US$ 4.900 millones) desde 1992, pese a haberse desprendido de dos terceras partes de los activos previstos en un plan de cesiones de 30.000 millones.
Aunque normalmente volvieron a recibir dividendos por el cuarto trimestre, los accionistas también están molestos por el hundimiento de sus acciones, que valen todavía un 30% menos que antes del destructor vertido.
Dos accionistas importantes, entre ellos uno de los mayores fondos de pensiones estadounidenses, Calpers, habían anunciado que votarían en contra del informe anual del grupo en señal de protesta.
Un portavoz indicó sin embargo después de la reunión que éste había sido adoptado con alrededor del 90% de los votos.