WASHINGTON.- Líderes financieros del mundo "reprendieron" hoy a Estados Unidos por no hacer lo suficiente para reducir su excesivo gasto y advirtieron que las tensiones fiscales en los países ricos amenazan la recuperación global.
Aunque la posibilidad de que haya una guerra de divisas y la creciente crisis de deuda en Europa siguieron sobre la mesa, los ministros de Finanzas reunidos en Washighton en la cita de primavera boreal también exhortaron a Estados Unidos a reducir su deuda, que trepa a US$14 billones de dólares.
A pesar de que la mayor parte de las críticas vinieron de los mercados emergentes, algunos países desarrollados también se unieron a las propuestas.
"La situación fiscal en las economías avanzadas nos provoca una gran preocupación, y es en esta área que vemos mayores riesgos a la economía global", dijo el ministro de Finanzas ruso, Alexei Kudrin, ante el panel del FMI.
El FMI advirtió esta semana que el déficit de Estados Unidos se encaminaba a alcanzar el 10,8 por ciento del PIB de este año. La entidad urgió a Washington a que implementara rápido un plan creíble de ajuste.
La Casa Blanca ha expresado su preocupación sobre la retirada de los estímulos de forma muy rápida y el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, dijo a sus pares el sábado que la cautela era necesaria.
"Estamos comprometidos con las reformas fiscales que recorten el gasto y reduzcan el déficit, siempre que no amenacen la recuperación económica", afirmó.
Pero incluso Geithner dijo que Estados Unidos reconoce la necesidad de atajar el déficit del presupuesto, y rápidamente admitió que estas prácticas contribuyen a los desequilibrios globales.
Kudrin dijo, en referencia a la Reserva Federal estadounidense (Fed), que los bancos centrales han comprado deuda de los gobiernos para mantener las tasas de interés en niveles bajos, lo que constituye un derroche fiscal.
La Fed finalizará en junio el programa de compra de bonos del Tesoro por US$600.000 millones de dólares, que elevaría el total de deuda adquirida -incluyendo valores inmobiliarios y otros títulos comprados desde diciembre del 2008- a 2,3 billones de dólares.
Siguiendo la línea de las opiniones de algunos miembros de la Fed y de los legisladores republicanos, Kudrin afirmó que el programa de compra borra la línea entre la política monetaria y la fiscal, de una forma que puede poner en riesgo la independencia del banco central.