BERLIN.- El gobierno de Alemania, al igual que el de Austria, abrió hoy sus fronteras a los trabajadores de los países de Europa oriental que entraron en la Unión Europea (UE) en 2004, pero ya advirtió que reforzará los controles.
En una entrevista que publica hoy el dominical "Bild am Sonntag", la ministra alemana de Trabajo, Ursula von der Leyen, y el de Finanzas, Wolfgang Schuble, anunciaron que aumentarán los controles contra el trabajo negro y el dumping de salarios.
"Llevaremos a cabo mayores controles sobre todo en el sector de la construcción, en el de la limpieza, el del cuidado de enfermos y ancianos y el de la gastronomía", dijo von der Leyen a ese rotativo.
Las autoridades alemanas comprobarán que los empleados de los países de Europa del Este reciban un sueldo que se acoja a la legalidad de Alemania.
Según Schuble, el gobierno de Angela Merkel aumentará con ese objetivo el personal dedicado a esos controles. "El departamento financiero para el control de trabajo sin declarar dispone de 150 puestos más este año. Para 2012 y 2013 se espera contar con 100 más, respectivamente", adelantó.
Tanto Berlín como Viena negociaron un acuerdo que postergaba por siete años la apertura de sus fronteras a los trabajadores de los nuevos socios europeos para evitar un flujo masivo de inmigrantes.
Alemania, primera potencia económica europea, necesita un gran número de trabajadores extranjeros para seguir manteniendo su ritmo de crecimiento.