SANTIAGO.- Cuando se trata de consejos financieros, la sabiduría popular nunca es más certera al advertir que "en la confianza está el peligro".
"Le pedí un préstamo de 1 millón y medio de pesos a un tío; el trato era que yo sacaba bajo mi nombre y él pagaba las cuotas. Pero después que le pasé la plata nunca más supe de él", recuerda el chef de un restaurante de Lastarria.
Para nadie es un misterio que a la hora de pedir dinero, siempre será más conveniente solicitarlo a un cercano que a un organismo privado. No se generan intereses, ni plazos definitivos, ni se informa al sistema. Porque el gran problema lo tiene quien presta cuando no le pagan.
"Además, el costo por una mala organización de los pagos puede ser demasiado alto, pues compromete aspectos como la confianza, el prestigio de ambas personas y en última instancia, la relación entre las partes", asevera Andrea Sucre, economista y académica de la UNAB.
No hay absolutos a la hora de tomar una decisión cuando se trata de prestar dinero a un cercano. La opción más simple y directa es dar un "no" por respuesta (y es cierto, se puede ahorrar muchos problemas). Pero si alguien recurre a usted, después de todo sea porque esa persona efectivamente tiene un problema.
Prestar dinero está lejos de ser un acto racional, apunta Ignacio Fernández, director del Magíster en Psicología de las Organizaciones de la U. Adolfo Ibáñez, y por eso no debe sentirse culpable si le resulta difícil negarse a la petición.
Los expertos sugieren algunas técnicas para manejar esta situación; por ejemplo, condicionar el préstamo a un monto mínimo o pactar cuotas razonables; incluso contar con la presencia de un tercero imparcial que actúe como testigo de buena fe.
La figura de un tercero le ayudará con la decisión final
¿No logró un acuerdo cuando intentó validar su punto? Llegar a una decisión final cuando se trata de definir las condiciones de un préstamo puede resultar más engorroso de lo imaginado.
Por eso la neutralidad de un tercer amigo u otro familiar, seguro que ayudará a canalizar el debate y refuerza el compromiso del pago. En Estados Unidos, esta figura recibe el nombre de " middleman " (el hombre del medio). Tan común es allí, que hay empresas especializadas en resolver conflictos de préstamos entre conocidos. Ahí está, por ejemplo, LendingKarma.com.
Documentar el préstamo ante un notario podría ser válido si la suma es alta. "Puede ser de utilidad para justificar el origen de los fondos en caso de fiscalización del SII", señala Marcelo Muñoz, abogado tributario de Salcedo y Cía.
Si el compromiso queda por escrito, refuerza la responsabilidad con el pago
Si va a prestar una cantidad significativa, intente especificar los alcances del trato y, de ser posible, dejarlos por escrito. Y ojalá que eso sea de puño y letra del propio deudor, ya que eso refuerza el sentido del compromiso.
"Es importante establecer las condiciones del préstamo, como el monto, la forma de pago y, si es necesario, las fechas y las cuotas", afirma la economista Andrea Sucre.
El registro en papel carece de validez formal, pero es una manera segura de transparentar y condicionar el trato. Por eso, es útil definir un tiempo para el pago, el monto de las cuotas y los intereses (o reajustes). "Y siempre que ambos estén de acuerdo, hasta pueden firmarlo", declara desde EE.UU. a "El Mercurio" Maggie Baker, sicóloga y autora de "Crazy about money", libro sobre la enseñanza del buen manejo del dinero.
Evite prestar sumas que puedan comprometer su patrimonio
Como la canción, lo más probable es que le pidan más de lo que pueda dar. Muchas peticiones están basadas en especulaciones sobre lo que usted tiene y es capaz de entregar, más que en la realidad misma de sus finanzas.
"Nadie sabe con certeza cuánto dinero tiene otra persona, por muy amigo que sean. Sólo podemos inferirlo por el tipo de casa que vemos, por el auto, por el tipo de vida que lleva o el tipo de trabajo que tiene", afirma Maggie Baker.
No es habitual que Sergio Romo comente el monto de su sueldo ni el patrimonio que posee. Pero a este ingeniero de una conocida empresa de tecnología las peticiones de dinero le llueven. No le molesta hacer préstamos ni a familiares ni amigos, porque su táctica le ha servido para evadir riesgos innecesarios. "Nunca presto plata pensando en que me la devolverán. Sólo lo hago cuando puedo asumir la pérdida", confiesa.
Así, evite en lo posible prestar más de lo que pueda dar.
De ahí que el acto de ponerse en el peor escenario o hablar con honestidad será provechoso, sobre todo si la suma es alta.
Cuatro consejos para tomar una decisión
- Sugiera opciones:
Si en verdad siente que la amistad o la relación pueden quedar en peligro al momento de generar el préstamo, aconseje a quien le pide otras alternativas.
Ahí están los bancos, tiendas o, por último, otro familiar o amigo capaz de sobrellevar la deuda. Éste es uno de los consejos de Maggie Baker en "Crazy about money".
- ¿Es un regalo o un préstamo?:
Por evitarse una discusión, muchas veces se generan malentendidos. Los expertos consultados para este artículo precisan que es esencial dejar claro si el dinero que se entrega es un regalo o un préstamo.
- Hablar con honestidad:
Maggie Baker observa que lo mejor es hablar con honestidad. Sin medias tintas. El tema monetario suele ser un tabú, según la experta, tanto como hablar sobre la vida sexual de cada uno. "Pero cuando alguien nos pide dinero, lo mejor es sentarse y hablar con la verdad sobre lo que significaría esta transacción para ambas partes", dice.
- Ubicarse en el peor escenario:
La manera de proteger el vínculo fraternal o familiar es prestando, idealmente, desde el completo desapego. Por eso -aconseja el psicólogo Ignacio Fernández-, lo mejor es ubicarse en el peor escenario -es decir, que no le van a pagar-, "y desde ese lugar decidir si se presta o no el dinero".